Llega el verano y con él son otras las necesidades de nuestra piel. Debemos cuidarla a lo largo del año, eso está claro, pero ahora estamos más expuestos al sol, hace más calor y sudamos más que en otras épocas del año. ¿Debemos hacer un cambio de armario en este sentido?
Mercedes Sáenz de Santa María, médico estético de Clínica Dermatológica Internacional (CDI), señala que, efectivamente, la rutina cosmética se tiene que ir adaptando a las circunstancias, y una de ellas, es la época del año en la que nos encontremos.
«En general durante los meses de verano preferimos utilizar texturas más fluidas y frescas. Lo primordial en estos cambios es: insistir en la fotoprotección solar (la radiación que llega en estos meses es mucho mayor, y además pasamos más tiempo al aire libre); utilizar texturas más ligeras y evitar el uso de despigmentantes potentes (aunque se pueden mantener muchos otros despigmentantes más ligeros)», aclara la experta.
Ahora bien, llama la atención sobre determinados productos de cosmética cuyo uso sí debe se respecialmente vigilado en esta época: «El uso de retinoides o AHA se puede mantener durante todos los meses del año sin problema, siempre que nuestra piel esté acostumbrada y los estemos tolerando adecuadamente. Sin embargo, no es la mejor época para iniciarse en el uso de estos principios activos ni de aumentar su dosis o concentración, ya que suelen producir una ligera irritación durante las primeras semanas de uso».
Por otro lado, la doctora subraya también que en consulta se suelen hacer períodos de descanso de ciertos medicamentos o de principios activos despigmentantes potentes como la hidroquinona.
Preguntada entonces por los productos de cosmética que no nos deben faltar en estas épocas de más calor, remarca que los imprescindibles siempre, más aún en los meses de verano, son los antioxidantes y la protección solar. «Todos los días del año, todo el año, pero haciendo hincapié en esta época del año. Y sobre todo insistir en su reaplicación a lo largo del día», agrega.
Sobre si debe cambiar el tipo de hidratación que empleemos en verano, la especialisa indica que todo dependerá de la persona, dado que la elección de la textura «es muy personal», pero afirma que, por normal general, en estos meses se eligen más las cremas fluidas, cremi-gel, o de textura sorbete, por ejemplo. «En los meses de invierno, el frío y el viento hacen que nuestra se inclinen más por texturas algo más nutritivas», apostilla.