Aurelio Martín

LA COLUMNA

Aurelio Martín

Periodista


El final de un mal sueño

11/10/2021

Todas las últimas informaciones referidas a la incidencia de la COVID concluyen en que España está saliendo de su mal sueño, con la desgracia de que se hayan quedado miles de personas por el camino, quizá aquellos más vulnerables o los que pudieron recibir un contagio con mayor carga viral, además de quien aún sufre secuelas. Los buenos datos apuntan desde luego a que se ve la luz del túnel, después de que haya transcurrido un verano sin restricciones de movimiento, y con fiestas, autorizadas o no, pero que no han tenido una repercusión directa lo que nos sitúa ahora mismo en un nivel de riesgo bajo, dato que no se conocía desde poco más del final del largo confinamiento, hace 15 meses. 
Con total sinceridad, la viróloga e inmunóloga Margarita del Val, que ha sido la experta que más cautela ha mantenido respecto a posiciones optimistas, ahora confiesa que esperaba que iba a haber más casos, por lo que ha mostrado su alegría por la situación e invitado a que la gente se anime y salga de casa, que rompan el hechizo, el miedo, «que no pasa nada». Lo que se discute en este momento es en la necesidad de aplicar o no una tercera dosis a lo que muchos investigadores se muestran contrarios, apostando por enviar vacunas a los países menos desarrollados donde el nivel de vacunación es aún muy bajo con el fin de que se amplíe la inmunidad al conjunto del planeta. La tesis de los negociacionistas ha fracasado. 
Lo que se ha demostrado es que la vacunación en España ha sido un éxito, con la participación de todas las administraciones, y un gran esfuerzo de muchos profesionales de la atención primaria, pese a estar debilitada en algunas comunidades, alcanzando un nivel próximo al 90% de la población diana, y con la estrategia acertada de haber comenzado por las personas de mayor edad, en vez de la práctica de otros países europeos que optaron por dar prioridad a los jóvenes y no han conseguido la misma efectividad. Sabemos que tocará vivir con este maldito SARS-CoV-2 pero no será igual, sino que, con mayores defensas, se podrá convertir en un catarro como el de cualquier otro coronavirus. 
Y en ese entorno, a todas luces se ve un despegue en la economía que, ojalá, no sea un mero espejismo, una burbuja. Partimos de que la mayoría de los españoles han optado por hacer turismo de interior, lo que ha equilibrado la ausencia de los grupos de extranjeros, que ya empiezan a regresar, y ha mejorado los balances del sector servicios, uno de los más perjudicados, provocando una caída importante del paro, ya durante siete meses consecutivos, incluso con ausencia de trabajadores para ocupar puestos en la hostelería, aunque figuren en las listas oficiales de desempleados y estén cobrando por ello la prestación. 
Los Presupuestos contemplan el mayor gasto público de la historia, lástima de que no pudiera haber un consenso para aprobarlo por una gran mayoría y no triunfara el desequilibrio en razón de los votos que necesita el Gobierno, aunque sea para territorios muy específicos. 

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