«Mi vida es este Café y no me jubilaré, soy feliz aquí»

Javier Alfaro Palacios
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El dueño del Café Moderno cierra este miércoles El Día, a pocos meses de cumplir 65 años. Defensor de los Cines Moderno, tiene devoción por la Virgen de la Esperanza y orgullo por la Insignia de San Bernabé, que le entregó su amigo Tomás Santos.

El hostelero Mariano Moracia, en su Café Moderno. - Foto: Íngrid

Para Mariano Moracia (Logroño, 1958), el Café Moderno es como el salón de su casa, «en el que recibo a todas mis amistades y conocidos». Son muchos, después de tantos años. No en vano, sus padres ya lo acunaban «en una caja de Soberano» mientras atendían el negocio. 


Se define a sí mismo como «un hombre comprometido con su Logroño, que es mi identidad, con mi Café, que es un pilar muy importante, hablar de mí es hablar del Moderno», afirma. Recuerda con orgullo haber «recibido la Insignia de San Bernabé, de manos del alcalde Tomás Santos», entre otros reconocimientos. Y si tiene que hablar de su establecimiento, «el Moderno es un sitio con mucha historia, tradición, vaivenes, pero lo importante es estar y seguir hacia adelante».


El Moderno es «un lugar de encuentro muy abierto». En él tiene cabida «todo el mundo, siendo respetuosos los unos con los otros». Desde «la gente de toda la vida, a los más jóvenes, tanto peregrinos como asociaciones locales» que presentan actos «como la manifestación del Orgullo» LGTBI+. Sirve vinos, cafés «y lo que me pidan» a los del PSOE, cuya sede está encima, y también a dirigentes del PP, con quienes Moracia colabora en los premios Esperanza. «Lo propuso Conrado Escobar a la Cofradía para reconocer a quienes están para los demás de forma anónima».


«Yo soy un hombre muy religioso, siempre en Santiago, jugando en la sacristía, haciendo mis trastadas, y también de monaguillo». Siempre ha sido muy devoto. «La virgen de la Esperanza me necesitaba y me llamó, con orgullo por ser hermano mayor de la Cofradía ocho años, algo que nunca hubiera pensado».


En su mítico local ya van por la cuarta generación hostelera, con su hijo Adrián a los mandos. También cuentan con uno anexo en los bajos del antiguo cine 'El Ambigú del Moderno'. Un edificio que, junto a vecinos y comerciantes de la zona, quieren recuperar y «que no se pierda su uso cultural, muy necesario e importante para la ciudad, porque de cultura nunca andamos sobrados».


Su Fibra de Pájaro es ya un tema clásico que la noche logroñesa 'lleva en el alma' y sus clientes en el recuerdo. Tanto, que hay turistas «que vuelven y la piden». El Café tiene su propio himno, realizado en el centenario del local en 2016, menos conocido que la popular canción. 


«Hasta el año 50 fue un café-teatro y en 2018 ó 19 el grupo de Las Varietés Riojanas debutó aquí. Primero como un favor a un buen amigo de la casa, Rubén (García Bañuelos, actor al frente del grupo), pero llenaron con gente disfrutándolas incluso desde la puerta y desde aquí se lanzaron a todo el mundo, con un espectáculo al que la ambientación le venía estupendamente».


A cinco meses de los 65, no plantea jubilarse. «Mi vida es este café, soy feliz aquí y no me jubilaré, estaré ayudando al hijo y a mi mujer».