El alcalde elogia la figura influyente de Espartero

El Día
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Hermoso de Mendoza asegura que el político y militar es un ejemplo de cómo influir desde Logroño en España. La ciudad conmemora los 125 años de la instalación de la estatua ecuestre en el Espolón

El monumento a Espartero cumple 125 años. - Foto: El Día

El general Baldomero Espartero, un "logroñés de adopción y que hizo gala de su ciudadanía de Logroño", es, "si creemos en nosotros, un ejemplo de la capacidad que desde la capital riojana se tiene para contribuir a que España sea mejor", ha afirmado este miércoles el alcalde de la ciudad, Pablo Hermoso de Mendoza.

Hermoso de Mendoza y el concejal de Patrimonio y Centro Histórico, Adrián Colange, han participado en el acto en el que se ha conmemorado los 125 años de la instalación de la estatua ecuestre del político y militar del siglo XIX Baldomero Espartero en el Paseo de El Espolón, que es uno de los lugares emblemáticos de Logroño.

A Espartero "le sentimos como alguien más de la historia de nuestra cuidad", según el alcalde, quien ha resaltado la importancia del papel que jugó este general en la España convulsa del siglo XIX y lo hizo desde la capital riojana, donde se convirtió en "un logroñés de adopción" tras contraer matrimonio con Jacinta Martínez de Sicilia.

Residió en el actual Museo de La Rioja y tuvo una gran vinculación con la cultural del vino, gracias a sus instalaciones de producción en la calle Ruavieja de Logroño, en cuya concatedral de Santa María de la Redonda está enterrado, ha recordado Hermoso de Mendoza.

Palabras como paz, lealtad, victoria, patriotismo, patria, abnegación, justicia, ley, heroísmo, fortaleza, prudencia y templanza figuran en este monumento, de las que el alcalde ha destacado las tres últimas que, de algún modo, describen la "responsabilidad, compromiso y actitud" que los logroñeses han demostrado durante los últimos meses, ante la pandemia de la COVID-19, y en los pasados días, durante la no celebración de las Fiestas de San Mateo y de la Vendimia Riojana.

Este monumento ecuestre, ha explicado, se inauguró en el Paseo de El Espolón el 23 de septiembre de 1895, aunque fue un proyecto que tardó en ver la luz, dado que sufrió varios vaivenes desde que surgió la primera idea por parte del Ayuntamiento de Logroño en 1840.

La primera piedra se colocó el día 27 de febrero de 1872, fecha del cumpleaños del general Espartero; y las obras finalizaron en 1895, en el Paseo de El Espolón, por aquel entonces llamado Paseo de las Delicias.

La idea inicial, plasmada en boceto en 1871, "poco o nada tiene que ver con la que hoy podemos contemplar hoy en día", ha indicado, dado que la estatua ecuestre, realizada en bronce, vio la luz gracias a una suscripción popular, iniciada tras la visita de Amadeo de Saboya y en la que se recaudaron 57.775 pesetas, aunque el coste final, según las fuentes de la época, superó las 100.000.

En 1995, dentro del Noveno Centenario del Fuero de Logroño, el conjunto escultórico sufrió una profunda restauración y remodelación, en la que se conservaron los leones, la forma troncopiramidal del pedestal, se aumentó el tamaño y la altura del conjunto y se transformó en una magnífica fuente, uno de los símbolos más reconocibles de Logroño en el exterior.

Calonge ha afirmado que se trata de "un conjunto escultórico vivo", que ha tenido tres proyectos, dado que, gracias al trabajo realizado en el Archivo Municipal, se ha descubierto un proyecto anterior, que incluía una columna más pequeña coronada por un globo terráqueo; y otro con una gran columna triunfal, con el fin de narrar las hazañas del general.

Ha recordado que fue restaurado en 1918, en 1962 se instaló la fuente, se rehabilitó en 1995 y formó parte del gran cambio de todo el Paseo de El Espolón, incluido el pedestal de la escultura, que se inauguró en 1998.

"Una estatua de la que se han ocupado todas las corporaciones municipales para cuidar de este símbolo de nuestra ciudad”, ha añadido el concejal.

La estatua del general Baldomero Espartero a caballo, copia idealizada del original que se encuentra en Madrid, es obra del Pablo Gibert, quien presenta al militar montado a caballo, con uniforme de gala y mirando hacia el norte de la ciudad y el río Ebro.

Fundida en los talleres de José Comás y Blanch de Barcelona y con un peso de más de once toneladas en su conjunto, se trata de una obra figurativa e idealizada del regente durante la minoría de edad de Isabel II, que también fue Príncipe de Vergara, Duque de la Victoria, Conde de Luchana y Vizconde de Banderas.