Paredes que son lienzos

El Día
-

El arte urbano reivindica su espacio en Logroño y su reconocimiento al margen de la imagen estereotipada del grafiti. Durante tres días, el artista Rombillos dirige visitasguiadas que recorrerán 34 obras diseminadas por la ciudad

Una de las obras que se muestran en la Sala Amós Salvador de Logroño. - Foto: Clara Larrea

El artista urbano no es un grafitero, o al menos no tiene por qué serlo. Los creadores que plasman sus obras en murales, medianeras, paredes y demás soportes ‘callejeros’ reivindican un reconocimiento por encima de la idea estereotipada del grafiti, porque aunque beben de las mismas fuentes, «no son lo mismo». La reflexión es de Rombillos, un artista urbano que inicia hoy una serie de tres visitas guiadas por varias calles de la ciudad que cuentan con obras este tipo. La iniciativa está organizada por Cultural Rioja, programa que promueven el Ayuntamiento de Logroño y el Gobierno de La Rioja. Y forma parte de las actividades programadas con motivo de la exposición ‘Arte Urbana’ (en la fotografía) que se exhibe en la Sala Amós Salvador hasta el 23 de agosto.

Rombillos, experto conocedor del arte urbano logroñés, realizará hoy, a las 19:30 horas, un recorrido por las calles logroñesas para enseñar los secretos de los grafitis, murales e intervenciones artísticas que se pueden encontrar en las calles de la ciudad. Esta iniciativa la realizará también el viernes 24 de julio y el sábado 1 de agosto. La participación en estas visitas es gratuita pero el aforo es limitado, por lo que es imprescindible realizar inscripción previa en el correo electrónico: salaamossalvador@logro-o.org. Todas las personas que asistan al recorrido deberán llevar mascarilla.

 

El recorrido, que permitirá a los participantes admirar y saber más sobre un total de 34 creaciones, comenzará en la Sala Amós Salvador y finalizará en el tramo inicial de la calle Portales, junto al Palacio de los Chapiteles. 

no solo hay arte en los museos. Con estas visitas, sus promotores pretenden otorgar a este tipo de arte en la calle el valor que le corresponde. «El arte no solo se encuentra en los museos, puede estar también al aire libre», comenta Rombillos, que reivindica la disponibilidad de espacios públicos en la ciudad para que los artistas urbanos puedan dar rienda suelta a su creatividad en mayor medida. Eso sí, se apresta a advertir de que este tipo de artistas siempre trabajan en espacios habilitados para ello o sobre los que hay una autorización para poder dibujar en pintar en ellos. 

Pese a la creciente conciencia social sobre el valor del arte urbano, Rombillos opina que aún queda mucho camino por recorrer. Una buena idea sería, por ejemplo, que el Ayuntamiento de Logroño facilitase la disponibilidad de espacios, más allá del skate park, donde poder plasmar las obras, algo que en Barcelona se facilita mediante una web en la que los artistas pueden consultar los espacios disponibles. En Logroño -comenta Rombillos- se van haciendo cada vez más «cosas chulas», y es posible además admirar trabajos de artistas tan reputados en toda España como Suso 33 o Bitoy. 

La exposición ‘Arte urbana’, que se muestra en la Sala Amós Salvador hasta el 23 de agosto, reúne a creadoras locales y con renombre internacional que se dedican, especialmente, a la pintura en el espacio público. Conforma un ambicioso recorrido por las sólidas e irreverentes carreras de las fundadoras, frente a la insolente audacia de las más jóvenes, representantes todas ellas de los diferentes estilos del movimiento denominado arte urbano, o como desde hace unas décadas se viene llamando: postgraffiti.

La exposición la integran Lady Pink, pionera del grafiti en las calles de Nueva York a principios de los 80, que expone por primera vez en España; a su lado, Musa 71, un auténtica precursora del grafiti en el país que lleva más de 30 años escribiendo en los muros; Btoy, destacadísima artista en la técnica del stencil, y Miss Van, ambas reconocidas internacionalmente por pintar personajes femeninos; también Emily  Eldridge, con su estética vibrante y renovadora de las prácticas artísticas callejeras, y la subversiva Vegan Bunnies quien, armada con su mensaje combativo en pro de los derechos de los animales, bombardea las calles con un estilo cándido y macarra. Pese a su juventud Killa Ek, representante del estilo y energía de las artistas sudamericanas, reclama un indigenismo que plante cara al pasado colonial, muy lejos del exotismo que Perrine Honoré aporta a sus coloridas composiciones matissianas. Nuria Toll, que usa ‘reservas’ para componer ilustraciones inspiradas en la naturaleza, y Dunja Jankovic cuya obra plagada de eclécticas reminiscencias abstractas y minimalistas ejemplifica la técnica del paste-ups.

Todas las obras están pintadas en vivo por las propias autoras durante la exposición. Junto a ellos, se exhiben cuatro significativas obras audiovisuales sobre el arte urbano hecho por mujeres: Girl power (2016), dirigida por la grafitera Sany; Street heroines, de Alexandra Henry; Live Life Like Girls (2018), la película viral del Crew suizo KCBR; y Wild Style (1983), la mítica cinta sobre el Movimiento Hip Hop en la que aparece Lady Pink.

Completan la exposición célebres publicaciones sobre arte urbano como Subway art (1984), de la fotógrafa Martha Cooper y proyectos en los que intervienen artistas mujeres, como Truck Art Project en el que los camiones sirven de lienzo.