Un inicio al ralentí

El Día
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El Athletic B diluye las sensaciones de una UDL que dispuso de ocasiones para haber rescatado un empate

Los riojanos no pudieron con un experimentado Athletic B. - Foto: Athletic Club

El Athletic B marcó, hace prácticamente un año, un estigma en la, hasta entonces, inmaculada trayectoria de Mere Hermoso al frente de la Unión Deportiva Logroñés. Los riojanos se asomaron a Lezama y recibieron un serio correctivo en la que fue la primera derrota del curso 21-22. Era septiembre y el tropiezo (3-1) fue sólo un aviso aunque el técnico gaditano, ahora en el Fuenlabrada, no acabó el curso.

Le tomó el relevo Albert Aguilá, cuyas prestaciones al frente de la UDL no acaban de convencer. Por una simple cuestión estética y numérica. El filial rojiblanco, en 45 minutos, diluyó las buenas sensaciones que el equipo riojano ofreció en Tarragona hasta el punto que Jon Cabo, al borde del descanso, anotó el tanto de la victoria vizcaína. Los logroñeses tuvieron todo el segundo acto para reaccionar pero la suerte del gol, la que pareció encontrar en pretemporada con la llegada de Vinicius Tanque o Clau Mendes, le fue esquiva. 

El primer tropiezo de la recién iniciada 22-23 no tiene, por ahora, consecuencias reseñables para los blanquirrojos aunque obliga a afinar el acierto en la próxima salida, en una quincena que se antoja determinante para los riojanos que el 18 de septiembre recibirán en el Municipal a la Sociedad Deportiva Logroñés. Ese será el primer termómetro del curso. 

Si el punto conseguido en el Nou Estadi (2-2) fue tildado como escaso a tenor de los méritos exhibidos especialmente en la primera mitad, la derrota ante el Athletic B sitúa a los de Aguilá en la horquilla baja de la clasificación del Grupo 2.

Aunque dos jornadas no son suficientes para valorar la urdimbre del equipo construido por el técnico ilerdense, sí que trasciende una cierta inconsistencia a la hora de dominar los encuentros, lo que ha llevado a la UDL a latitudes clasificadoras de lo más intrascendentes. En Tarragona el primer acto fue de los riojanos que se vinieron abajo tras el paso por vestuarios. El Nástic remontó, gracias a errores infantiles en la cobertura riojana, lo que no fue óbice para que los logroñeses tuvieran arrestos para empatar y ocasiones para haber volteado el marcador.

En Las Gaunas, los blanquirrojos dimitieron en el primer tiempo y el filial vasco castigó la única desatención de la zaga. Un error, un gol. La praxis del inicio del pasado curso pero, en esta ocasión, experimentado en sus propias carnes. En el segundo período, el balón y las ocasiones fueron blanquirroja (un disparo a la madera de Tanque, dos muy claros de Clau Mendes, más remates con marchamo de gol de Schutte y Pichín, todos ellos pudieron ser gol) sin embargo la gestión del marcador fue visitante, por mucho que lo más justo hubiera sido un empate.

Los primeros 180 minutos dejan un magro balance de un punto de seis, una propuesta atractiva por momentos pero ciertamente inconsistente. La Unión Deportiva Logroñés sigue a tiempo de todo aunque sus aficionados no olvidan que los números de Aguilá (cuatro victorias, un empate y seis derrotas), repartidos en dos campañas, penalizan el objetivo de un 'play off' que, en este curso, se antoja mucho más caro que el anterior. Trasciende la sensación que el grupo no está para regalos y, en cierto modo, los riojanos ya se han dejado por el camino unidadades que en mayo pueden echarse de menos.

Además, el club está pendiente del estado de Cristian Fernández.El calagurritano fue sustituido en la segunda mitad tras un encontronazo con un jugador bilbaíno.