Nuevo futuro para la zona peatonal más antigua

El Día
-

Arranca en dos zonas la obra en las Cien Tiendas, que mantendrá las terrazas de bares en su ubicación mientras no les afecte la actuación

Eduardo Moreno, del bar K’quinti que, al igual que otros hosteleros de las Cien Tiendas, manifiesta su descontento por la carencia de información. - Foto: Óscar Solorzano

Con la retirada del mobiliario urbano y «gran satisfacción» por parte de la Asociación del Paseo de las Cien Tiendas, comenzó ayer la intervención en las primera gran zona peatonal de Logroño, que se prolongará hasta fin de año con un coste, de 2,9 millones, que se acometerá gracias a los fondos europeos. Jaime Caballero, concejal de Desarrollo Urbano, contó ayer con dos compañeros de Corporación, Kilian Cruz e Iván Reinares, y representantes de la Asociación para informar de la ejecución de una de las actuaciones que menos quebraderos de cabeza le ha causado. Solo los 20 propietarios de bares y restaurantes habían manifestado su airada protesta porque una resolución de Alcaldía les obligaba a retirar las terrazas.

El propio Caballero aclaró ayer que  los veladores se mantendrán en su actual ubicación hasta que sean afectadas directamente por las obras;mientras tanto,  podrán permanecer en su sitio, como ayer era patente.

José Luis Mier, del bar Open, en la calle Beti Jai, considera positiva cualquier actuación que conlleve «mejoras, mantenimiento y renovación» del área urbana, pero critica que la obra se inicie en el estío y se prolongue durante septiembre [la recepción de los fondos europeos obliga al cumplimiento de unos plazos]. «Es un problema más, añadido al hecho de tener que lidiar con una obra», afirmaba y criticaba la escasa comunicación que ha brindado el Ayuntamiento. «No tenemos información de nada;lo único que hemos recibido es la revocación de la licencia», relataba Mier, al tiempo que decía desconocer que podrá mantener la terraza hasta que no le afecte la obra.

Eduardo Moreno, del K'quinti, en Doctores Castroviejo, comparte el malestar de su colega del Open,  y asegura que les han proporcionado la información «con cuentagotas».  «Yo no chasqueo los dedos y se levantan las sillas y las mesas; necesito saber qué plazos tengo y cómo lo hago», señala Moreno, que apunta que es esta época «la mejor para la terraza», en la que factura el 80% de sus ingresos. 

«Lo que más echo de menos es información porque si la obra me va afectar un mes igual me interesa cerrar e irme de vacaciones», razona el hostelero. Carlos Olabuenaga, vicepresidente de la Asociación, y responsable del bar Tizona, en Ciriaco Garrido,  tranquilizaba a sus compañeros, aunque es consciente de que la revocación «sembró la alarma» entre los hosteleros. Reconoce que el Ayuntamiento «no había informado antes», pero limita su responsabilidad «porque todo el mundo sabía que iban a empezar» las obras. «Cierto es que se podía haber dicho con mayor antelación, pero lo que importa es que comience la obra, que va a quedar de cine;importa más el ruido que la repercusión económica», opina. Ahora, eso sí, será necesario volver a solicitar la licencia porque, explicó el concejal de urbanismo, se reconfigurará la ubicación de las terrazas, aunque cada establecimiento mantendrá la actual superficie.

Encantados. Igual de positivo que Olabuenaba se muestra el presidente de la Asociación de las Cien Tiendas, Diego Ochoa, que señala que, «aunque parezca negativo», están «encantados» con el inicio de las obras, una sensación que pensaban compartir con comerciantes y hosteleros.

 «Hemos tenido una suerte tremenda, el Ayuntamiento nos ha escuchado, porque desde que se fue Maristas esta zona está en detrimento», entiende el librero, que recuerda que muchos establecimientos se «han quedado por el camino» en una área que «ha estado muy abandonada». Con el mismo espíritu, reconoce que «a nadie le vienen bien las obras», pero se mostró «seguro» de que la reforma va a «reforzar la zona» y convencido de que se va a convertir en el «punto de referencia» comercial y hostelero.