El ídolo inesperado

Diego Izco (SPC)
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Con su cabezazo en el Ciudad de Valencia, Luuk De Jong ya ha rescatado ocho puntos para el Barça

El neerlandés se ha destapado como uno de los recursos más eficientes del conjunto catalán. - Foto: PABLO MORANO

Es «un ejemplo», «un profesional como la copa de un pino», «un tío excelente»… es todo eso, según Xavi, y además un futbolista que ha ido ganándose el respeto de la afición (y de la crítica) con el lento avanzar de la presente temporada. 

Luuk De Jong (Aigle, Suiza, 27 de agosto de 1990) es honesto en sus formas y en su estilo: es lo que es. No engaña a nadie. Un bigardo de 190 centímetros con instinto para el remate a un toque. «Si hay un centro, Luuk es más peligroso que Neymar», aseguraba a comienzos de temporada Ronald Koeman, el principal valedor de su compatriota. Fue una justificación cogida con pinzas por el barcelonismo, que miraba receloso cualquier maniobra de última hora en el mercado de verano en que perdieron a Leo Messi. En el último suspiro, se marchaba Griezmann y entraba por la puerta trasera el ariete que le 'sobraba' al Sevilla. De entrada, un bulto sospechoso.

Su presencia suponía, más que un alivio ofensivo, el epicentro de la crítica más fiera. De algún modo, se convirtió en el muñeco al que golpear, el 'culpable' sobre el césped de todos los males, la representación misma del mal, entiendo por «mal» ese cambio de estilo que Koeman quiso acometer tras decir «es lo que hay». Luuk no conducía, no regateaba, carecía de imaginación e instinto para el juego de triángulos azulgrana, no combinaba con precisión... pero no era nada de eso cuando llegó, lo que convertía los el runrún y los pitos de la grada en un detalle de relativa injusticia. «Luuk es un tipo de atacante diferente al nuestro y creo que todos los equipos deberían tener esa clase de delantero», defendía Koeman entonces. 

Decisivo

Hay tipos que hicieron carreras gloriosas del remate. Tocar el balón dos veces, meter un gol. De Jong está respondiendo con una terrible efectividad a pesar de la irregularidad en sus apariciones. En LaLiga solo ha completado dos partidos (ante Osasuna y Mallorca -en este segundo marcó el gol de la victoria) y en otros ocho duelos ha disputado menos de 10 minutos. Y aún con todo, el Barça ya puede considerar que su cesión ha sido un acierto: sus seis dianas han supuesto ocho puntos: además del 0-1 de Palma, logró convertir en empate el 1-0 que tumbaba al Barcelona de Xavi en enero en Granada, y aparecer en el descuento ante Espanyol (2-2) y Levante (2-3) para mantener a su equipo invicto en 2022. «En un momento del partido, Jordi Alba me dice: Cuando coja la pelota, vete al primer palo», confesaba tras el último hito en el Ciudad de Valencia, manteniendo el sueño blaugrana de LaLiga.

En Sevilla saben que es un tipo de goles decisivos: suyo fue el tanto al United que metió a los hispalenses en la final de la Europa League de la 19/20…  y suyos otros dos tantos en la histórica final ante el Inter. 

 

'Otro larsson'

Desde hace casi dos décadas, los azulgranas apodan 'el nuevo Larsson' a cada uno de los delanteros que llegan con papeles residuales buscando ser el revulsivo ante un encuentro cerrado o una baja puntual. Una especie de ídolo de perfil bajo. Y De Jong, al que también colgaron ese cartel, no solo ha cumplido este papel sino que ha mejorado las cifras de Henrik, 'el sueco', en su estreno como culé. Larsson llegó al Barça en la 04/05 con 33 años; solo pudo disputar 12 partidos ligueros por culpa de una grave lesión ante el Real Madrid: anotó tres tantos en 668 minutos (uno cada 222). De Jong, de 31 años, se ha estrenado (de momento) en la 21/22 con seis goles en 557 minutos, por lo que su media es de una diana cada 96. 

Estos guarismos le convierten en el único jugador del campeonato cerca de Karim Benzema en ratio de goles por minuto, ya que el madridista promedia uno cada 93: ha marcado 24 tantos en 27 partidos, en los que ha disputado 2.228 minutos. 

De Jong, a quien el Barça ya le ha comunicado que seguramente vuelva a Sevilla y a quien el Sevilla (que pagó 12 millones de euros al PSV) ya le ha dicho que le buscará una segunda cesión, sigue a lo suyo. Sin engañar a nadie. Mientras resuelve su futuro, trabaja su presente a golazo limpio.