Funambulistas en la cuesta

Cayetano G. Lavid
-

Anguiano asombra de nuevo a turistas de todo el mundo con la ancestral danza de los zancos, en el arranque de sus fiestas

Un danzador baja por la cuesta en las fiestas de María Magdalena. - Foto: Óscar Solorzano

Llegó el momento más esperado. Tras dos años de pandemia en los que solo se pudieron realizar versiones festivas dentro de la desescalada, sin bajar la cuesta, los anguianejos disfrutaron ayer de las ansiadas fiestas de su patrona, María Magdalena, con esa normalidad que no se vivía desde 2019. El día importante, el que

El día importante, el que da comienzo a las fiestas, es el 21 de julio, pero la programación comenzó el pasado domingo con las actividades que organiza el consistorio de Anguiano desde el Año 2015. «Ese año nos reunimos con la Asociación cultural Aidillo y con la Peña Los Zancos para diseñar actividades y, desde entonces, ofrecemos concursos para jóvenes, como el de dibujo infantil y, para los adultos, los de la tortilla de patata y el zurracapote», explica su alcaldesa, Gemma López, que se muestra ansiosa por vivir «unas fiestas sin restricciones, más allá de las que marca la responsabilidad», ya que por el riesgo extremo por incendios y su proximidad al monte, el chupinazo se reemplazó por confeti.

«Pero todo lo demás, con normalidad », aseguró la edil, que ya había asistido al pregón a las 13:00 horas, «otra tradición que este año ha estado al cargo de los estudiantes del colegio para dirigirse a los niños, de la Peña de los zancos en honor de los jóvenes y la asociación de jubilados en representación de los más mayores».

Un acto, el pregón, que también se recuperó tras su ausencia el año anterior y su sustitución por un vídeo en el año 2020. «Se realiza desde el año 2015 y los pregoneros de honor son personas importantes que han destacado por sus labores en el pueblo», explicó López.

Charanga, música y la fiesta de la espuma caldearon el ambiente y lo prepararon para la llegada de la tarde donde, por fin, llegó la hora de la que es la gran atracción para anguianejos, riojanos y turistas. Los pasacalles de los danzadores y los gaiteros dieron paso a la misa de vísperas en la Iglesia de San Andrés y, a las 20:00 horas, llegó el turno de bajar la cuesta por los danzadores, ante la mirada incrédula de la multitud, boquiabiertos algunos, mientras otros inmortalizaban el momento con sus móviles, para poder presumir de haberlo visto en primera fila.

TRADICIÓN SIN IGUAL.

Este espectáculo «es inigualable» para su alcaldesa, que no conoce nada equiparable. La edil cuenta que «la tradición data del año 1600, aproximadamente, pero ese el primer año del que hay archivos, por lo que vendrá incluso de mucho antes».

Los zancos, elaborados con hayas, por su gran resistencia y la población de hayedos que hay en los alrededores, de 50 centímetros de altura, también tienen su historia. «Se elaboraban aquí de forma artesanal, aunque ahora los encargamos a una empresa de Nájera».

Y uno de los datos más curiosos sobre los danzadores, es que «no son exclusivamente hombres ya que las mujeres no tienen ninguna restricción y podrían participar también», solo que, hasta la fecha, «parece que no nos hemos atrevido ninguna», confiesa la alcaldesa.

Pese a que el evento es sencillo y su programación se repite –pasacalles, vísperas, danzadores, música y vuelta a comenzar–, atrae a personas de la región, del país y del extranjero. «A todos ellos, solo les quiero pedir que disfruten, que se contagien de nuestra ilusión pero también que se armen de paciencia, porque somos un pueblo pequeño y es difícil que pueda aparcar tanta gente y, también, que respeten y hagan caso a lo que les digan los locales», advirtió López, para asegurar el éxito en las fiestas.

La sesión del primer día de fiestas patronales no concluyó, oficialmente, hasta las 04:30 horas, momento en el que la Orquesta Ingenio se marchó con la música a otra parte para concluir la primera gran verbena de Anguiano.

No obstante, alguno empalmó la celebración con los pasacalles del viernes.

Los anguianejos seguirán celebrando María Magdalena hasta el lunes, cuando todos bajen a comer en el río, como manda la tradición.

 

A la espera de que las chicas se animen a calzarse los zancos.
La festividad de Anguiano, donde sus danzadores bajan la cuesta, data de principios del siglo XVII, aunque solo de forma 'oficial' porque es el primer registro.

Esta antigua tradición indica que los danzadores deben vestir con una falda de color amarillo anaranjado que en la antigüedad era la funda de los colchones y que ayudan a mantener el equilibrio. Tampoco faltan el chaleco multicolor, sayas de color blanco almidonadas para que cojan vuelo, camisa blanca, alpargatas, castañuelas y, por supuesto, los zancos.

Los danzadores que se tiran cuesta abajo, se estrenan por primera vez el día de la fiesta, porque las prácticas se realizan en una era cercana, donde anguianejos experimentados instruyen desde la asociación de danza a los noveles cómo lanzarse y qué errores evitar.

Aunque los danzadores son hombres, no hay normas que impidan participar a las mujeres, más allá de su peligrosidad.