Otro salto al vacío

M. A. G-S.
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La UDL, que mereció más en la primera mitad, encaja una nueva derrota que le acerca al abismo de la Segunda RFEF

El Alcoyano tumbó a la UDL de penalti. - Foto: Óscar Solorzano

Ficha técnica:

UDL: Gonzalo; Sergi López (Zourdine, 80), Cristian Fernández, Arregi, Iñaki (Eudald Vergés, 80); Markel Lozano, Jaime Sierra, Keita (Doncel, 70); Menudo (Boniquet, 70); Schutte (Clau Mendes, 58) y Vinícius Tanque.
Alcoyano: Bañuz, Primi, Álvaro Vega, Fran Miranda, Soler (Raúl González, 90), Juanan, Liberto (Lobato, 65), Moyita (Agüero, 62), Lillo, Pablo Carbonell y Alcaina (Rubio, 74).
Árbitro: Álvaro López Parra (colegio cántabro). Amonestó a Vinícius Tanque y Arregi, por parte local, así como Alcaina y Carbonell por el Alcoyano.
Goles: 0-1, 45+: Moyita, de penalti.
Incidencias: unos 3.000 aficionados en Las Gaunas.

El salto al vació de la Unión Deportiva Logroñés continuó con la enésima derrota ante el Alcoyano, al que le bastó un afortunado penalti para llevarse tres puntos que acercan a El Collado la aritmética de la permanencia. Hasta la mano, extemporánea, de Markel Lozano la UDL fue infinitamente superior. Tras el mazazo del 45, el equipo se descompuso y no encontró enmienda ni tras el paso por vestuarios ni en la rueda de cambios.

Cristian Fernández, Schutte y Vinícius Tanque pudieron marcar. No lo hicieron. Los riojanos llevan 403 minutos sin anotar y 106 días sin ganar, parámetros que saben a condena. 21 puntos (6 de los últimos treinta desde que Natxo González tomó el mando del equipo) son demasiados pocos como para ser optimistas.

El técnico vitoriano agitó el árbol y amnistió a Menudo y apostó por dos 'nueves' de referencia como Schutte y Vinícius Tanque. La declaración de intenciones, con Iñaki y Sergi López como laterales largos, no se transformó en un equipo con una clara vocación ofensiva por mucho que la UDL arañara un córner de inicio. El Alcoyano, todo precauciones, se dejó hacer, replicando con un saque de esquina mal encauzado por Primi.

A partir de este lance, los riojanos retomaron las hostilidades. Keita se adueñó del esférico, Vinícius bajó a recibir y las blanquirrojos desbordaron a un Alcoyano que solo era capaz de frenarles en falta. En el 22, tras la enésima falta bien botada por Iñaki, Cristian Fernández remató con saña desde la frontal. El remate, azorado, mereció mejor fortuna pero la pelota no enfiló la portería. Poco después fue Schutte el que se revolvió en el área y su remate, mal dirigido, no sorprendió a Bañuz.

Los logroñeses inclinaron el partido y en una asistencia preciosa de Viní Tanque, el portugués Schutte se plantó ante Bañuz. Al atacante le faltaron piernas para superar el acoso de los centrales. Su remate, ante la salida a la desesperada del meta alicantino, acarició el poste derecho de Bañuz. La asistencia, la carrera y la fe de Ricardo Schutte merecieron algo más pero no es el día, ni el mes, ni el año de la UDL.

La última de los locales la tuvo el brasileño Viní Tanque que, tras un pase cargado de cicuta de Menudo, se quedó sin espacio para superar a Bañuz, raudo al quite para aliviar a sus dos centrales. Debió servir para clausurar la primera parte pero como los riojanos están gafados, en la única aproximación real de los visitantes, llegó la burla del destino. Soler puso un centro medido, Alcaina la prorrogó de cabeza y Markel Lozano, sin querer, impactó con su mano. El colegiado no se lo pensó y castigó el infortunio riojano. Fue mano. Fue penalti. Fue una broma macabra del destino. Gonzalo Crettaz bailó sobre la línea mas Moyita no se inmutó. El arquero al poste derecho, la pelota al palo izquierdo. Gol psicológico. Gol injusto. Gol letal.

Un centro de Iñaki al que no llegó, por poco, Arregi fue la primera muesca de una UDL que parecía decidida a inclinar el campo a su favor pero fue el Alcoyano el que, tras encontrarse el penalti, anestesió el partido. Tras la pausa, sucedieron muy pocas cosas porque los locales estaban aturdidos y los visitantes sembraron Las Gaunas de trampas en las que, una y otra vez, cayeron los de Natxo González que hasta el 63, con un gran disparo desde la frontal de Viní Tanque, no forzaron a Bañuz. El brasileño era el único que mostraba algo de rebeldía.

Sin embargo, el remate con saña no tuvo continuidad. El Alcoyano escondió el cuero, llevó las hostilidades al campo ajeno y la UDL, ni con permutas ni sin ellas, puedo alterar el sino de un encuentro que entró en su último cuarto de hora sin que la UDL mostrara una mínima contestación.

En los diez minutos finales, el Alcoyano dictó una lección magistral de cómo jugar sin que se jugara nada. Entre caídas, golpes, despejes y pérdidas de tiempo deliberadas, el menudeo futbolístico fue de máster. Los de Vicente Parra se doctoraron mientras que la UDL suspendió una nueva final.

Su fútbol es famélico, su actitud anémica. Y, pese a que en la primera mitad fue superior, su falta de pegada le condenó a un nuevo escarnio ante su público. El futuro de Natxo González está sentenciado. La suerte de la Unión Deportiva Logroñés, también. La Segunda RFEF acecha cada vez más cerca.