La Mesa del Ruido estudiará crear un equipo de control de ocio

R. Muro
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El plan incluiría a Policía Local e inspección con el objetivo de revisar y vigilar horarios y aforos

Imagen de la plaza del Mercado una sábado por la noche - Foto: Óscar Solorzano

Las zonas de protección acústica propuestas por el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Logroño despiertan cierta esperanza entre los vecinos del casco antiguo (hasta las dicotecas de Duquesa de la Victoria) y La Zona y alguna dosis de incertidumbre entre los propietarios de bares y discotecas de estas áreas de Logroño. La propuesta, basada en mediciones que en su gran mayoría superaban con creces los 55 decibelios, será trasladada ahora al Consejo Social de la Ciudad para posteriormente elevarla a la Mesa del Ruido.

No hay fechas concretas, pero la tramitación se prolongará con unas medidas cuyo objetivo es que «se cumpla la normativa», detalla Jaime Caballero. 

El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible persigue matierializar «un equilibrio entre las zonas residenciales y los sectores económicos». De hecho, al margen de una primera línea de actuación basada en la conciención general, existe otra dirigida a incrementar la vigilancia, el control y e lseguimiento del cumplimiento en el marco de la normativa vigente.

Dicho de otra forma, la Mesa del Ruido deberá abordar si se incrementa el control policial y las inspecciones de aforos en bares, acústica e incluso, la prohibición vigente de consumir en la vía pública. Prohibición ésta última que salva a la calle Laurel, San Juan y adyacentes por su especial idiosincrasia. 

Es más, la Mesa del Ruido deberá tratar también si conviene o no la creación de un equipo especial de vigilancia de estas zonas.

El estudio realizado por el Ayuntamiento durante los últimos meses, según sus propios datos, viene a avalar las históricas quejas y denuncias de los vecinos de ambas zonas. «Es un problema que no estaba oculto pero que no se había abordado», detalla Caballero. «Este equipo de Gobierno -continúa- se ha propuesto revitalizar el casco antiguo y que la gente pueda ir a vivir al centro histórico y así es complicado», señala. 

Las mediciones realizadas desde el Consistorio en estas zonas aportaron niveles de hasta 80 decibelios cuando el máximo permitido es 55.