Editorial

Los partidos elevan el tono y marcan distancias a un mes del 19-J

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Los partidos políticos tradicionales han comenzado a elevar el tono de los discursos durante esta precampaña electoral de cara a los comicios andaluces del próximo 19 de junio. Partido Socialista y Partido Popular saben que ese domingo va a ser determinante de cara al futuro político más inmediato en España, y que no serán unos resultados que se vayan a analizar exclusivamente en clave regional, sino que tendrán su trascendencia y peso en el devenir de los meses siguientes, llenos de citas electorales.

Los socialistas, tal y como demostró este domingo el presidente del Gobierno durante un acto para arropar la candidatura de Juan Espadas para la Junta de Andalucía, van a insistir durante estas semanas en el peligro acechante que supone la derecha, buscando las analogías entre el Partido Popular y Vox, y especialmente haciendo bandera de los derechos que desde hace tiempo está la izquierda tratando de monopolizar (y que, casualmente, los ha llevado a algún enfrentamiento). A pesar de que los argumentarios están construidos desde dentro de la portentosa factoría propagandística a la que este gobierno nos tiene ya acostumbrados, empiezan a sostenerse sobre pilares muy débiles que son una prueba más de la frágil estructura sobre la que se apoya el Gobierno de Pedro Sánchez a la vez que emergen las disputas con los socios de la investidura, y con su principal aliado, que es Unidas Podemos. Una presumible derrota socialista, que todas las encuestas vaticinan, puede suponer una dura estocada para el presidente del Gobierno, a quien se le harán muy cuesta arriba los próximos meses hasta las municipales de 2023.

En este contexto, el Partido Popular ha comenzado la precampaña electoral evitando ese mismo triunfalismo que proporcionan las encuestas, todas favorables para ellos, ya que pronostican un resultado insuficiente para gobernar cómodamente en solitario. En este sentido, el Partido Popular de la era Feijóo está empezando a marcar más distancia con Vox, hasta el punto de 'amenazar' con unas nuevas elecciones si quien más se juega en estos comicios, que es el actual presidente Moreno Bonilla, no puede gobernar en solitario. Marca aquí el presidente andaluz una diferencia manifiesta con Fernández Mañueco, que prometió no repetir elecciones, aunque, es cierto, lo hizo cuando las encuestas eran muy favorables y no recogían el apoyo que finalmente tuvo Vox en Castilla y León. Aquí está el primer órdago del presidente popular, un objetivo a la sazón nada fácil. 

Se ha elevado el tono entre los principales candidatos andaluces que se presentan a las próximas autonómicas del 19-J porque son conscientes de lo que se juegan ellos, pero también sus respectivos partidos nacionales. De ahí que se marquen distancias, que irán creciendo en próximas semanas.