Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Un niño de aldea

11/02/2023

El PP acaba de presentar sus propuestas para el medio rural. La mayoría de ellas las recogen otros partidos, como las relacionadas con las comunicaciones, las nuevas tecnologías, la sanidad y la educación. Pero hay otras que reivindican permanentemente quienes forman parte del medio rural, o las familias de urbanitas que han tomado la decisión de iniciar una nueva vida en un pueblo para promover iniciativas laborales relacionadas con la agricultura y la ganadería, pero también para abrirse a otras perspectivas, como el turismo, empresas de servicios o los productos ecológicos.

Pensando en unos y otros, en las familias de las aldeas pero también en quienes se han convertido en lugareños impulsando nuevos negocios, el programa del PP propone una fiscalidad específica para el mundo rural y fondos europeos para garantizar el acceso a las tecnologías que permitan residir y trabajar en la llamada España vaciada; propone ayudas específicas para la rehabilitación de viviendas, posibilidad de un censo flexible e impulsar la creación de industrias que fijen la población.

Están a la venta pueblos enteros, la mayoría vacíos porque los jóvenes no tenían perspectivas de futuro y los mayores han fallecido o se han ido a vivir cerca de sus hijos. En España ha sido imposible, como en otros países europeos, concentrar municipios y compartir servicios comunes como consultorios médicos, centros educativos, transportes o instalaciones deportivas. La situación es tan dramática en algunas zonas han surgido partidos locales, ni siquiera regionales, con el único objetivo de pelear en el Congreso para conseguir la adopción de medidas que garanticen la supervivencia de sus pueblos o, como mal menor, hacer oír su voz.

En la propuesta del PP sobre el mundo rural, que no es única porque todos los partidos han batallado por hacerse con esos votos y han incluido artículos específicos en sus respectivos programas, hay un aspecto que sobresale: se nota que su presidente conoce bien ese mundo. No solo por haber presidido durante tantos el gobierno de Galicia, una región con infinidad de núcleos rurales en la que incluso los urbanitas consideran que sus referencias familiares pertenecen a ese mundo. La mayoría de los gallegos tienen ataduras vitales con las aldeas de sus padres y abuelos, y siguen encontrando refugio en la casa de sus ancestros.

Feijóo es un niño de aldea. Nació en Os Peares, al norte de Orense, casi ya en Lugo. Allí vivió hasta que sus padres lo enviaron interno a un colegio en León, donde hizo el bachillerato. Verle en Os Peares es advertir su vínculo especial con el paisaje y las gentes de allí, donde incluso cuando era presidente de Galicia lo trataban como uno más.

Podría ser el primer presidente de España nacido en una aldea. Adolfo Suárez nació en Cebreros, pero ya era entonces una pequeña ciudad. En el programa del PP para el mundo rural se ve la mano de Feijóo; se notan los orígenes -aldeanos- de su presidente.