José María Blanco no lo sabía entonces, pero se iba a convertir en un símbolo de esperanza para todos los riojanos y los profesionales sanitarios. Tras contagiarse de coronavirus, el 22 de marzo, un día antes de su cumplir 75 años, ingresaba muy grave en la UCI del hospital San Pedro. Hasta entonces José María no estaba preocupado, el médico le había recetado paracetamol y él estaba bien. «El sábado me encontraba bien, estuve viendo la televisión, pero cuando me acosté por la noche, fue cuando me empecé a encontrar mal». A partir de ese momento, los recuerdos de José María son confusos. «Yo creo que estuve delirando», explica mientras relata una serie de imágenes, asimilables a las pesadillas. «Recuerdo que pedía ayuda para que me retiraran las máquinas», afirma. Este riojano, nacido en Villar de Torre, permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos durante ocho días. El 30 de marzo salía de la UCI acompañado de los aplausos de los profesionales sanitarios que durante más de una semana le habían atendido. «Al principio, cuando me subieron a planta, no fui consciente de que había pasado tantos días en la UCI». José María abandonaba la Unidad de Cuidados Intensivos y se convertía en el primer extubado tras ingresar por coronavirus. Un momento que recuerdan con especial emoción en la unidad, como explica Pilar Espinosa, supervisora de la UCI del Hospital San Pedro. «Nos dio un gran empuje. Había pasado por momentos complicados y hasta en alguna ocasión dudamos si podría salir adelante. Ver que se había recuperado supuso una alegría muy grande y nos dio impulso para continuar adelante, a pesar de la situación en la que estábamos», recuerda Espinosa. Las imágenes de su salida de la UCI corrieron por las redes sociales como un símbolo de esperanza en medio de unas jornadas en las que las cifras de fallecidos y contagios no dejaban de crecer a un ritmo terrorífico. Pero mientras la sociedad riojana celebraba el suceso, José María se enfrentaba a la segunda parte; un lento proceso de recuperación para dejar atrás el impacto del coronavirus y la estancia en la UCI. «Al principio no podía andar», explica Blanco, pero recuerda que enseguida recuperó el apetito, ya que «desde el primer día comí muy bien». Permaneció 17 días en la séptima planta del Hospital San Pedro, hasta que fue trasladado al Hospital General de La Rioja, donde estuvo ingresado 15 días. Un largo proceso de recuperación en el que José María ha demostrado una gran fuerza de voluntad, lo que le ha permitido esforzarse al máximo para recuperar la movilidad. «Con el andador paseaba mucho, al principio me costaba mantener el equilibrio». «Al volver a mi casa sentí mucha alegría», asegura mientras relata que lleva una vida muy tranquila en Santo Domingo de la Calzada, donde vive desde hace unos años. «Paseo mucho, por la mañana y por la tarde». José María se siente afortunado y considera que ha tenido «mucha suerte porque estuve muy mal». Él logró superar una enfermedad que se llevó la vida de su hermano, con 82 años. Por eso, insiste en pedir a todo el mundo que «lleven siempre mascarilla, guarden las distancias y tengan mucho cuidado en las reuniones».