Los números y las dudas

Diego Izco (SPC)
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La España de Luis Enrique sufre para ganar (57 por ciento de victorias) y para echar la persiana: menos de la mitad de los partidos termina con la portería a cero

El seleccionador nacional, pensativo en el área técnica, durante el encuentro disputado en Praga ante la República Checa. - Foto: Lukas Kabon (EFE)

El 9 de julio de 2018, después del fiasco burocrático y deportivo del Mundial de Rusia (por un lado, la destitución de Lopetegui en la víspera del torneo, por el otro la eliminación en los penaltis de octavos de final), la Federación Española confirmaba el nombramiento de Luis Enrique Martínez como nuevo seleccionador nacional. 

Desde aquel preciso instante se originó un tira y afloja entre 'luisenriquers' y 'haters' que cuatro años después sigue teniendo la cuerda tensa, porque hay razones convincentes a ambos lados de la balanza para defender la gestión del asturiano… o para criticarla. Después de estos dos empates consecutivos en la Liga de las Naciones ante Portugal (1-1) y República Checa (2-2), los números dan argumentos en ambos sentidos. 

Luis Enrique cumplió en el Eden Arena de Praga su partido número 40 como seleccionador nacional. Desde aquel julio del 18 se han disputado 46 partidos, pero en seis de ellos (clasificación para la Eurocopa de 2000) ocupó el cargo de forma interina Robert Moreno. Con 'Lucho' en el banquillo, España ha ganado 23 compromisos, empatado 12 y perdido cinco. 

El peor del siglo

Ese 57,5 por ciento de victorias es el más bajo de cualquier seleccionador español en el siglo XXI. Con Vicente del Bosque (114 encuentros), que supo sacar partido a la mejor generación de nuestra historia, España alcanzó un 76,3 por ciento de victorias. Luis Aragonés (54) y Julen Lopetegui (20) llegaron hasta el 70. Incluso Iñaki Sáez (23 encuentros y un 65,2 por cientos y José Antonio Camacho (44 y 63,6 por ciento) superan en este sentido los números del asturiano. Lo más reciente y parecido a la España de Luis Enrique sería el 58 por ciento que logró Javier Clemente en los años 90 (62 duelos dirigidos) o el 51 por ciento de Miguel Muñoz (63) en los 80.

Los atenuantes en este bajón son dos y muy evidentes. El primero, el rearme físico y táctico de los equipos que en épocas anteriores eran considerados 'menores'. Los tiempos de las grandes goleadas han muerto, y en la colección de tropiezos de la 'era Luis Enrique' aparecen resultados que son sorprendentes pero no ilógicos: derrotas por 2-1 ante Suecia y 1-0 ante Ucrania, dos empates ante Suiza, uno ante Grecia, el del domingo ante la República Checa, etc. 

El segundo atenuante es el aumento en la entidad de los rivales. Si hace una o dos décadas España jugaba uno de cada 10 o 12 partidos ante una de las 'grandes', en estos cuatro años la Roja ha jugado dos veces ante Alemania (victoria y empate), dos ante Inglaterra (victoria y derrota), dos ante Italia (victoria y empate), tres ante Croacia (dos victorias y una derrota), tres ante Portugal (tres empates), una ante Francia (derrota). Teniendo en cuenta esta nómina de rivales y que Luis Enrique ha sido el encargado de la regeneración de una generación que ya estaba amortizada, ese 12,5 por ciento de partidos perdidos (cinco de 40) no parece un mal guarismo. 

Balance goleador

De estos dos primeros encuentros de la Liga de Naciones 2022 queda una sensación devastadora en la afición: la selección necesita crear diez ocasiones para hacer efectiva una… y el rival muy poco para marcar la suya. Ese balance estadístico entre ataque y defensa es tan preocupante como la poca solidez de la defensa adelantada en Praga. 

No siempre fue así: el balance global de esta 'era Luis Enrique' habla de una proporción de 2,75 a 1 entre los goles marcados y los encajados. En estos 40 encuentros, España ha conseguido 88 goles y ha recibido 32. Un dato positivo es que la Roja ha marcado al menos un gol en 36 partidos: solo se quedó a cero en dos empates ante Portugal, uno ante Suecia en la pasada Eurocopa y aquella derrota de la Liga de las Naciones 2021 en Kiev. Sin embargo, los 'haters' prefieren agarrarse a otro dato: apenas se ha dejado la puerta a cero en 43 por ciento de los partidos (17). 

Luis Enrique no ha encontrado 'piezas de recambio' fiables para aquel triángulo que formaron Casillas-Piqué-Ramos (cuando no estaba Puyol en una arista). Han bailado en portería de De Gea a Kepa hasta llegar a Unai Simón y la nómina de centrales no ha permitido encontrar una dupla estable de garantías: su primera pareja, en un 1-2 en Wembley ante Inglaterra, fue Ramos-Nacho; la última, en la República Checa, Íñigo Martínez-Eric García. Y además estuvieron o están en sus convocatorias Albiol, Mario Hermoso, Bartra, Unai Núñez, Diego Llorente, Pau Torres, Sergi Gómez, Laporte e incluso Azpilicueta ha ejercido como central. Pero el sistema sigue sin echar la persiana. En la era histórica de Del Bosque, incluso teniendo en cuenta la erosión del equipo en Brasil'14 y Francia'16, España dejó la puerta a cero en el 55 por ciento de los duelos (63 de 114).