Ledo desata la locura

M. A. G-S.
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La SDL, con un gol de su capitán y símbolo en su estreno en su decimotercera temporada en el equipo, logra su segunda victoria en un partido que tenía perdido

La plantilla festeja el tanto del 3-2, obra de Miguel Ledo. - Foto: SD Logroñés

Ficha técnica:

SDL: Jero; Cubero, Pelayo (Ledo, 46), Xiker, Llàcer; Arnedo (Albisua, 65), Lozano (Javito, 36), Diego Esteban; Calderón (El Haddadi, 77), Soberón (Pirri, 77) y Sandoval.

Talavera: Sousa; José María Mazueco (Pablo Monroy, 87), Escalante, Fernández, Góngora; Toño Calvo (Jordi Ortega, 46), Vicente Romero, Jon Ceberio; Uzochukwu, Añón (Edmilson, 23) y Borja Díaz (Perales, 87).

Árbitro: Manuel Pozueta Rodiguez (colegio cántabro). Amonestó a Edmilson y a Jon Ceberio por parte del Talavera así como a los locales El haddadi, Jero, Xiker, Llacer y Albisua.

Goles: 0-1, M. 12: Góngora, de penalti; 0-2, M. 38: Jon Ceberio, en un error defensivo riojano; 2-1, M. 41: Sandoval, de falta directa; 2-2, M. 45: Soberón, tras saque de esquina; 3-2, M. 80: Ledo, a saque de esquina.

Incidencias: menos de mil espectadores en Las Gaunas.

 

Los aficionados de la Sociedad Deportiva Logroñés y del Talavera tardarán en olvidar lo sucedió en la tarde de ayer en Las Gaunas. Los primeros porque Ledo, su capitán y símbolo, en su debut en la que es su 13ª temporada al frente de la nave blanquirroja marcó el gol de una victoria impensable. Los segundos porque el cuadro toledano tenía ganado el encuentro a la media hora y lo acabó perdiendo en el 82.

LaSDL llevó hasta las máximas consecuencias el significado de pundonor, entrega y abnegación para rescatar tres puntos en una semana que empezó mal (agresión a los jugadores en la noche del miércoles), que continuó con tres ausencias indeseadas en el once (Jaime Paredes, Caneda y JonAnder Pérez) pero que acabó de la mejor forma posible, con una remontada contra la lógica.

El Talavera puso el fútbol y las ocasiones. La SDL el acierto y el arrojo para voltear una situación del todo desfavorable. O eso parecía a la media hora de juego.

Llona se vio obligado a dibujar un once de circunstancias, con Sandoval, Llàcer y Xiker de inicio. Había tantas dudas en la puesta en escena de los riojanos que los toledanos no tardaron en aprovecharlas.

Los primeros minutos fueron visitantes. Pelayo escenificó a la perfección ese estado de  nervios, derribando sin contemplaciones a un atacante. El colegiado no lo dudó. Tampoco lo hizo Góngora que, al contrario de la semana pasada, no falló.

El Talavera, sin hacer nada del otro jueves, se vio por delante y aunque el cuadro riojano no le perdió la cara al partido, con Sandoval y Calderón alargando el campo, recibió el segundo en otra desatención defensiva. Escalante, descolgado como delantero centro, penalizó la mala salida de Jero.

El encuentro estaba perdido. La clasificación daba vértigo pero el equipo blanquirrojo se rescató a tiempo. Sandoval, a balón parado, logró lo que se le negó ante el Valladolid B. Calderón se ganó una falta y el ex del Oviedo B, burló a la defensa y el portero para hacer el primero. Quedaban cinco minutos para el descanso y en otro arranque de furia llegó la igualada tras un córner que la zaga talaverana no supo repeler y que Soberón, solo en el segundo palo, embocó a portería.

LaSDLalcanzó el descanso sin rasguños pero con Lozano contusionado. Otro contratiempo más para un equipo muy exigido físicamente.

El Talavera en la segunda mitad volcó el partido hacia la portería de Jero. El lorquino se mostró certero ante Uzochuwku que, hasta en tres ocasiones, burló la vigilancia de Xiker, incapaz de frenar al nigeriano. Fernández, desde la distancia, también trató de sorprender al murciano que resistió sin mayores apuros. A la SDLle temblaban las piernas aunque los blanquirrojos tuvieron fuerza suficiente para estirarse. Así, a diez del final, llegó lo inesperado. 

Ledo, que entró en la segunda mitad por Pelayo, se sumó al ataque. Sandoval botó dos córners y, al tercero, el capitán desmontó al Talavera. No fue un gol, fue un acto de fe. El capitán más que rematar, talonó en la acción que significó el 3-2.

No acabó aquí el partido porque Góngora se erigió en el antihéroe, mandando al Gol Norte un penalti liviano de Diego Esteban. Fue el epílogro inesperado para un desenlace improbable y heroico.