Ubicado en el corazón del casco antiguo de Logroño, en la confluencia de la calle Mercaderes, Ruavieja y Marqués de San Nicolás, se yergue el Palacio de los Yanguas, un edifico del siglo XVI donde se ubica el Centro de Cultura del Rioja que, con 3.500 metros cuadrados, tiene por misión, según recoge la página web del Ayuntamiento, difundir y promocionar la cultura del Rioja a nivel mundial. Esta construcción, en cuya adecuación se invirtieron 12 millones de euros procedentes de fondos europeos, abrió sus puertas el 5 de junio de 2015, cerró exactamente 13 meses después, y no ha vuelto a franquear su entrada a ningún otro visitante.
Y así va a seguir hasta que el Ayuntamiento de Logroño consiga subvenciones nacionales o europeas que le alivien la carga que supone su mantenimiento. Así lo adelanta la concejal de Turismo, Esmeralda Campos, que asegura que su intención es abrirlo «siempre y cuando tengamos un proyecto sólido», que requiere una financiación «que hoy por hoy no tenemos». Campos, concejal también de Hacienda, recuerda que el informe económico-financiero que encontraron cuando llegaron al Gobierno contempla un coste anual de mantenimiento de un millón de euros. «Abrirlo se puede abrir, pero lo que hay que hacer es abrirlo con contenido, sentido y pudiéndolo mantener», argumenta la edil que, no obstante, adelanta que si no lograrán la financiación en el medio-largo plazo «se puede replantear el proyecto». El CCRsería la piedra angular de la Enópolis, un proyecto «de gran envergadura» que arrancó con la legislatura y que aúna economía, turismo, patrimonio y gastronomía, que se ha presentado a fondos europeos y nacionales, de los que, de momento, se ha quedado fuera, pues el Ministerio ha priorizado la estación de esquí de Valdezcaray. Este rechazo no ha arredrado la voluntad del equipo de Gobierno, que concurrirá a la convocatoria que se abrirá el primer trimestre de 2021. «Estamos trabajando en mejorarlo», informa Campos, que detalla que uno de los ejes del proyecto es poner en valor todo el patrimonio, del calado de San Gregorio al CCR, pasando por el Camino de Santiago.
Faceta empresarial. Dentro de la Enópolis, que se ha presupuestado en 3,5 millones, se contempla también un eje de contenido económico, de tal manera que todas las empresas que trabajan alrededor del vino cuenten con un lugar «de convivencia», con la voluntad de poner en contacto universidad y empresa. «El Ayuntamiento pone las bases para que puedan convivir; desde hacer un vivero de empresas, que se ubicaría en el CCR, para facilitar los recursos a quien quiere emprender o impartir un curso de formación; como dotarle de medios a la empresa para que desarrolle su actividad», explica Campos, que resalta las «múltiples posibilidades» de un espacio, «con las mejores salas de catas de España» o salas para exposiciones o impartir clases.
Más allá de un museo
«No tiene sentido abrir el Centro de Cultura de Rioja solo con contenido museístico porque, además, no generas ingresos», resalta la concejal de Turismo, que insiste en la complejidad arquitectónica del edificio. «No tiene sentido gastar un millón de euros para un museo, es mucho dinero, y es necesario generar ingresos», insiste Campos. Borja Eguizábal, presidente de la Asociación de Bodegas de Logroño, empatiza con la concejal y asegura que si él fuera responsable del centro habría adoptado la misma medida. «Requiere una inversión y una apuesta por el negocio y, sea lo que sea que se haga con él, necesita un público y ahora no es el momento para encontrar masa crítica», señala.