Zabaleta invierte 7 millones en el nuevo almacén

Feli Agustín
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Ubicado en el polígono Cantabria, estrá listo el 31 de mayo, triplicará de la superficie de las instalaciones incendiadas en julio, y acogerá también venta directa, expositor y oficinas con la previsión de seguir creciendo «dos dígitos»

Nuevas instalaciones que el Grupo Zabaleta levanta en el polígono Cantabria de Logroño. - Foto: Ingrid

Resurgir de las cenizas. Pocas veces esta metafórica expresión se ajusta  de manera tan exacta a la realidad como en el caso de Grupo Zabaleta, que acabará la obra de su nuevo almacén el 31 de mayo, once meses después que las anteriores instalaciones ardieran hasta los cimientos el pasado 9 de julio, lanzando hacia el cielo una espesa columna de humo negro, visible desde cualquier punto de Logroño.

«Solo quedaron unos pájaros que tenía mi padre y un palé de gavillas», recuerda Rubén Zabaleta, que rememora el shock y la consternación en los que le sumió el suceso que sufrió una empresa familiar, fundada por sus padres, Maribel y Rubén, en 1972, y que dirige junto a su hermano Eduardo.

La compañía, cuya principal actividad es la comercialización de todo tipo de materiales para la construcción y suministros para instalaciones, principalmente para fontanería y calefacción,está acometiendo una inversión de 7 millones en levantar un nuevo almacén en el polígono Cantabria, en el centro de producción de las antiguas bodegas Darien, hacia donde se desplazará desde su emplazamiento provisional, ubicado en la misma zona industrial.

El inicio de las obras  pudo producirse con rapidez tras el incendio debido a que la compañía ya se encontraba buscando previamente una nueva localización antes del suceso. «Firmamos en agosto y pudimos comenzar a trabajar a continuación», cuenta el director de Zabaleta, que explica que el almacén tendrá 11.000 metros construidos. De ellos,  3.000  metros se encuentran bajo tierra, que constituían  el punto depósito de botellas de Darien, que se levantó, igualmente, sobre una vieja bodega.

«El almacén que se quemó tenía construidos 4.800 metros, de tal manera que hemos triplicado la superficie», informa Zabaleta, que añade que se instalarán también oficinas, expositor y punto de venta directa, al tiempo que se mantendrá el actual de la calle SantosAscarza. 

Con la nueva actuación, se aprovechará para introducir innovaciones en el trabajo de almacén y, además, parte del tejado se cubrirá con placas solares  que ocupan una superficie de entre 400 y 500 metros cuadrados. Con  una potencia de 100 kWh, Grupo Zabaleta prevé ahorrar unos 10.000 euros al año.

El incendio del almacén no frenó la actividad de una empresa pujante que logró crecer «dos dígitos», una tendencia que prevé que se prolongue este ejercicio, donde augura una facturación de 65 millones frente a los 56 del año pasado.

170 trabajadores. Con una plantilla en el conjunto de la firma de unos 170 trabajadores, señala que, al contrario que otras áreas del sector que atraviesan serias dificultades para encontrar personal, no está siendo su caso y, de hecho, han incorporado nuevos efectivos a la plantilla, que se encuentran en proceso de formación para la atención en el punto de venta directa en las nuevas instalaciones.

El gran salto de la compañía se produjo en 2008 cuando, por falta de relevo generacional, adquirieron la también empresa familiar José G. Navarro, que se integra en el grupo. La compañía cuenta en la actualidad con 14 almacenes, 13 abiertos al público, de los que dos se encuentran en La Rioja y Cantabria, uno en el País Vasco, Soria y León, abierto el pasado 3 de enero, y siete en Asturias. 

 

«Todo el mundo  se ha portado muy bien». «El personal increíble, una pasada», destaca el director del grupo Zabaleta, que relata que cuando se produjo el siniestro que asoló su almacén el pasado verano, sus  responsables a se encontraban en Asturias, compartiendo un acto lúdico de un compañero de la empresa.  Recuerda que fue un incendio iniciado en un monte, que se extendió hasta las instalaciones del grupo. «Esto fue en sábado; el martes,  la familia Martínez Zabala me daba las llaves del almacén provisional», recuerda el director de la firma, que no tiene más que buenas palabras para los propietarios de Bodegas Faustino o de la inmobiliaria Solozábal.

«Todo el mundo se portó muy bien, clientes, proveedores... la sociedad civil y empresarial no pudo reaccionar mejor», rememora Zabaleta, que apunta que permaneció durante una semana sumido en «un círculo emocional». Pero, «sabíamos lo que teníamos que hacer, trabajamos sábados y domingos y en 20 días ya teníamos el almacén montado», señala el empresario, que cuenta que el mobiliario y otras herramientas eran de segunda mano, de más rápido acceso que las estanterías de nueva fabricación. Y las cosas, indica, marchan bien. Están abriendo nuevos mercados y  creciendo en los que ya están instalados, a pesar de que, constata la subida de precios que han experimentado los suministros. «Ahora empieza a haber un cambio de tendencia, pero todo ha subido, y a dos dígitos», afirma Rubén Zabaleta.