Hay fases de las obras públicas que no destacan sobre las demás en el plan de ejecución del proyecto en cuestión, pero que son todo un símbolo a los ojos de los ciudadanos. La ambiciosa y esperada remodelación del 'nudo' de Vara de Rey superó este lunes uno de sus momentos para recordar, con el derribo de la última pieza de hormigón del tablero del túnel bajo el que durante décadas se ha canalizado el tráfico de vehículos desde esta céntrica arteria y desde la avenida Lobete hacia la calle Duques de Nájera. La enorme mordaza de la máquina encargada del derribo del controvertido túnel, cuyo mantenimiento fue muy discutido y finalmente desechado en favor de una rotonda semaforiza, terminó ayer con los últimos vestigios de ese transitado paso inferior.

Mientras el derribo de esta ya vetusta infraestructura avanza para ejecutar la nueva solución en el estratégico cruce de Vara de Rey con Duques de Nájera, que además ayudará a rematar buena parte de la urbanización del entorno de la estación intermodal, en el flanco oeste de la ciudad el Ayuntamiento iniciaba ayer otra intervención dentro de sus planes de reurbanización de calles, que priman la ganancia de espacio para los peatones en detrimento del tráfico de vehículos.

Las obras de urbanización de la calle Murrieta daban comienzo formalmente ayer, y prevén actuaciones desde la rotonda de Carmen Medrano con Duques de Nájera hasta la glorieta de Las Palmeras. El proyecto se adjudicó a la empresa Antis por 391.500 euros y forma parte de los proyectos de movilidad financiados por los Fondos Europeos. Los trabajos tienen un plazo de ejecución de tres meses, pero no supondrán ni el corte peatonal ni el corte al tráfico en ningún momento ni afectará las líneas de autobús.