Soledad, la otra pandemia

Víctor Zurrunero
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Las medidas de distanciamiento social y el temor a los contagios ha incrementado el sentimiento de aislamiento de muchas personas

Imagen de una persona viendo la tele sola en casa. - Foto: Óscar Solorzano

El estallido de la crisis sanitaria derivada de la aparición del coronavirus ha trastocado los hábitos sociales. Las medidas de prevención, entre las que se incluye el distanciamiento social o la limitación de personas en reuniones sociales ha hecho que el ámbito de relación personal se reduzca a la mínima expresión y casi coincidente con la unidad familiar.

Una situación que es más acuciante en aquellas personas que viven solas. Aunque «no es lo mismo la soledad que sentirnos solos», diferencia la profesora de psicología de la Universidad de La Rioja, Adriana Díez. 

La pandemia ha incrementado el sentimiento de soledad. Según publica el Informe España 2020, elaborado por la Cátedra José María Martín Patino de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontificia Comillas, el 11% de las personas encuestadas ha confesado sentir soledad grave, frente al 5,2%  que contestó afirmativamente antes de la crisis sanitaria. 

La soledad no entiende de edad, así el estudio revela que el 21% de la población siente aislamiento social y un 31% de jóvenes de 30 años se ha sentido solo. 

Como explica Díez, «al final somos seres sociales y necesitamos el contacto» y con la pandemia «nos hemos tenido que ir adaptando» a las nuevas circunstancias en cuanto al contacto físico y emocional. Por eso, Díez recomienda  aprovechar los recursos que tenemos como el teléfono, las videollamadas o las redes sociales para cubrir, en parte, ese sentimiento de soledad, generado por las medidas sanitarias para hacer frente al coronavirus.  Pero reconoce que la gente mayor está menos adaptada a las nuevas tecnologías, a diferencia de los jóvenes que «tienen más formas de socializar». 

Las relaciones sociales aportan muchos beneficios porque «estar con otras personas nos ayuda desconectar, ya que la soledad potencia que estemos rumiando en nuestros propios pensamientos».

Diez también recomienda «realizar actividades que nos gusten y nos generen bienestar», aunque reconoce que «nunca pueden suplir el contacto físico o emocional que necesitados de los demás». 

Mayores y soledad. «Es una cuestión que nos preocupa mucho», afirma el presidente de la Unión Democrática de Pensionista de La Rioja (UDP), Saturnino Álvarez que detalla que en la asociación tienen un grupo de voluntarios «que se dedican a acompañar a personas mayores». 

Marta Fernández es la trabajadora social de la asociación y la persona que coordina a alrededor de 90 voluntarios que participan en el programa. «Durante la pandemia lo estamos llevando a cabo principalmente por teléfono por el  miedo a recibir visitas a causa del coronavirus». 

Fernández recuerda que para proteger a este colectivo, han permanecido más tiempo en sus casas y se  han suspendido actividades destinadas para ellos. «La gente mayor necesita relacionarse por su salud emocional», explica, y también incide en los aspectos negativos del confinamiento en casa. «No moverse tanto tiene una repercusión física. En enfermedades que requieren ejercicio, la falta de movilidad hace que avance más rápidamente».