«O se traslada al mercado o paramos»

Feli Agustín
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El Grupo Rioja advierte de que un inicio de año «fantástico» puede verse truncado por la subida de la energía y materias primas

Trabajador en una bodega. - Foto: Óscar Solorzano

Con el IPC desbocado -Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, señaló ayer que el IPC de marzo sufrirá «un repunte muy significativo»-, después de que en febrero subiera un 7,6%, su registro más elevado en más de 35 años, la guerra de Ucrania no ha hecho sino profundizar en una circunstancia que se lleva meses produciendo. La escalada sin control del precio de la energía está generando amenazas a muchos sectores económicos, riesgos a los que el vino de Rioja no permanece ajeno.  Así lo advierte Íñigo Torres, director general del Grupo Rioja, que comercializa cerca del 80% del total de vino de la DOCa, que muestra su «preocupación» por el incremento «muy importante» del precio de las materias primas a finales de 2021, además del de la energía, que llevaba varios meses creciendo. «El año había arrancado fantásticamente bien, con aumentos de las ventas por encima del 20%, con lo que la  tendencia era muy positiva», señala  el director general del Grupo Rioja, que afirma que con  la invasión de Ucrania, la energía se ha disparado «todavía más» y el coste de las materias primas se ha multiplicado, de nuevo en este primer trimestre, lo que está afectando a los márgenes de beneficios.

 «Es imposible que sujeten estos aumentos de costes; o los repercutimos al mercado o tenemos un problema muy grave», señala Torres, que constata que otros sectores económicos ya están trasladando este incremento a clientes y consumidores. «De lo contrario, entraríamos en pérdidas y habría que parar, no podríamos trabajar», vaticina, advertencia que sustenta en las «desproporcionadas» alzas que han padecido durante 2021 y lo que ha recorrido 2022.

Conviene en que se trata de una circunstancia que provoca una afección global y «por sacar algo positivo», constata que afecta a todos los vinos, de tal manera que Rioja no va a perder competitividad frente a su competencia. «Todo el mundo va a subir precios porque no hay otro remedio y, en ese contexto, Rioja no va a estar peor que los demás», augura Torres, que entiende que en alimentación en el exterior el comportamiento de la DOCa puede ser mejor que el vino de otras procedencias.

Apunta que la huelga de transportes también ha entorpecido el trabajo de las bodegas, por la tardanza en la llegada las materias auxiliares para el desarrollo normalizado de la actividad, además de imposibilitar la salida del vino, particularmente con destino a la  exportación.