La persona que se dedica a la reparación y construcción de instrumentos de cuerda, según el diccionario, se denomina violero. Sin embargo, mayoritariamente se usa lutier, adaptación de la palabra francesa luthier, y que prefiere utilizar Daniel Latorre, riojano nacido en Montevideo,
Uruguay, en 1977.

Empezó a trastear con los instrumentos por influencia de su gusto por los Celtas Cortos, «un grupo con sonidos que me atraían y que empecé a buscar, encontrando instrumentos rarísimos tradicionales, muy ricos, algunos desaparecidos y la mayoría en desuso». De ahí llegó su relación con la música más antigua, «la medieval» y el interés por «poder tocar todos esos instrumentos, me llevó a tratar de fabricármelos yo mismo y empecé por un rabel, un instrumento ligado a la cultura trashumante y a los pastores».

Profesionalmente estudió un ciclo formativo de artes aplicadas a la madera, en Burgos. «Al principio compaginaba otros trabajos de carpintería y madera, de forma autodidacta y por disfrute», pero pronto encontró una escuela de lutería en Bilbao donde terminó de formarse, como los otros dos lutieres que hay en La Rioja en diferentes años.

Latorre utiliza un barniz natural para pulir y abrillantar una guitarra clásica. - Foto: Óscar Solorzano

Con una formación centrada en instrumentos clásicos comenzó a dedicarse a ellos profesionalmente, principalmente reparándolos, siendo el único en Logroño durante años, por lo que por sus manos han pasado todo tipo de pieza, «algunas muy espectaculares y caras», al tiempo que analizaba imágenes y grabados para diseñar y construir instrumentos históricos, algunos únicos y rescatados de la extinción. «Encontrar piezas antiguas originales anteriores a la Edad Media es imposible».

¿Es necesario saber de música para reparar? El experto cree que «cuanto más sepas, en general, de todo, mejor; pero yo solo tengo nociones básicas de música. Sí tengo buen oído, pero necesito rodearme de grandes músicos que sepan detallar y detectar fallos porque trabajo con instrumentos de alta calidad que deben funcionar a la perfección».