«Si creamos nuevos vinos, los hacemos bien, para que perduren»

Javier Alfaro P.
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La enóloga Mercedes García Rupérez, al frente de las centenarias Bodegas Montecillo, considera que en el mundo del vino, sin llegar a la paridad, cada vez hay más mujeres al mando

Mercedes García Rupérez, enóloga, sobre las barricas en las que elabora sus reconocidos vinos. - Foto: Óscar Solorzano

La enóloga Mercedes García Rupérez (Madrid, 1974) cumple 15 años en las Bodegas Montecillo de Navarrete y Fuenmayor, la tercera más antigua de la Denominación de Origen Calificada Rioja, fundada en 1870 y en manos de Osborne desde 1973.

Formada como ingeniera agrónoma y especialista en Enología, también es directora técnica y responsable de la bodega, que da trabajo a 25 personas todo el año, sin contar los refuerzos en vendimia.

Mientras recorre las instalaciones cuenta con pasión cómo es su día a día, sin presumir de los numerosos galardones que atesora. Sí se acerca a unas barricas de diferente composición y las muestra como «mi particular banco de pruebas, en esta hilera meto el mismo vino en cada una, que, al ser muy variadas, con el paso del tiempo dan lugar a propuestas muy diferentes». 

Mercedes García Rupérez está al frente de las centenarias Bodegas Montecillo, situadas entre Navarrete y Fuenmayor.Mercedes García Rupérez está al frente de las centenarias Bodegas Montecillo, situadas entre Navarrete y Fuenmayor. - Foto: Óscar Solorzano

Apunta que, si bien el mundo del vino «tiene mucha tradición», especialmente en los  «procesos productivos en el campo, muy arraigados», está en constante evolución.

En lo laboral, «el trabajo en el campo siempre ha sido mayoritariamente masculino, algo que está cambiando, porque el cultivo de la tierra y el trabajo en bodega antes se veían como peligrosos o de uso de la fuerza y la mujer no los realizaba». Actualmente, «no creo que lleguemos a la paridad en este sector, pero sí está normalizado que en los puestos de responsabilidad y técnicos se vean mujeres, y cada vez más llevando el mando, también en bodega». A pie de campo, subraya que también  «hay muchas mujeres con titulación agrónoma».

En lo productivo, la innovación se está dando «sobre todo en el último siglo y medio». Destaca «la utilización de frío en elaboraciones, las barricas para las crianzas, muchos equipos técnicos y depósitos más respetuosos que permiten elaborar diferentes vinos... El objetivo es modernizar la viticultura para que facilite el trabajo y conseguir vinos que reclamen los consumidores».

Reconoce que, «aquí, no somos de modas pasajeras». Algo que se traduce en que «si creamos una linea, gama o vinos nuevos los hacemos muy bien, de largo recorrido, para que se queden y perduren». Es el caso de su nueva gama ecológica «que sacaremos a partir de 2026, porque creemos en los procesos lo más naturales y sostenibles».

Otro ámbito de I+D+i busca «la mayor sostenibilidad posible». Algo que ejemplifica en la construcción de las naves de la bodega «a doble altura, de manera que todos los descubes y procesos de movimientos de vinos y trasiegos se hacen sin bombas, solo por gravedad, que implica un ahorro energético importante, las crianzas se hacen también a niveles subterráneos con unas temperaturas y humedades constantes con el menor uso de máquinas posibles, y también la adquisición de una planta de energía con placas solares para autoconsumo».