«Falleció un cliente y me devolvieron el DVD a tiempo»

Javier Alfaro
-

José Luis Omatos es un hombre con oficio. Al frente del último videoclub de Logroño, asegura que muchos clientes ven lo que él elige para ellos, mientras que los hay que recurren al videoclub en busca de más calidad o de evitarse elecciones eternas

José Luis Omatos espera poder jubilarse al frente de su establecimiento Boom Video (calle Labradores, 13, Logroño). - Foto: Óscar Solorzano

Está al frente de uno de esos negocios que las nuevas tecnologías han arrasado cual Cruella de Vil de visita a la perrera. Uno tras otro, ya solo queda el suyo: un videoclub que abrió el 11 de septiembre de 1999. 

José Luis Omatos (Logroño, 1959) espera poder jubilarse al frente de su establecimiento Boom Video, el último de su especie en la capital riojana y también en ciudades vecinas.

Apunta que su oficio, más allá de alquilar películas es recomendar buenos títulos en función de los gustos de la clientela. «Algunos vienen con tal de no perder tiempo eligiendo qué ver en las plataformas, otros porque quieren un soporte de más calidad visual que el que dan muchos streamings, están los que ven anunciada una película en televisión y con tal de ahorrarse los anuncios la alquilan para ver esa misma semana, y a los que yo les elijo lo que ven porque se fían de mi criterio. Mucha gente reclama novedades, pero también hay fieles a los clásicos».

Omatos recoloca títulos en una estantería.Omatos recoloca títulos en una estantería. - Foto: Óscar Solorzano

Los perfiles son diversos. «Aunque se pueda pensar en gente mayor que no está familiarizada con lo digital, hay de todas las edades. Los padres que buscan cine infantil para sus hijos tampoco fallan». 

El negocio es sencillo: el usuario deja sus datos y alquila una película por un número de días determinado, si se excede el plazo se paga por cada día extra. «Antes tenía más sentido porque el material era muy caro y se identificaba  a la persona y se actuaba en consecuencia».

El dueño del videoclub, que llegó a tener varios empleados, hace la devolución de un DVD.
El dueño del videoclub, que llegó a tener varios empleados, hace la devolución de un DVD. - Foto: Óscar Solorzano

No recuerda grandes anécdotas, más allá de «que te pidan una película con un actor que no es, un argumento que tampoco y un título que ni siquiera se le parece, o que te pongan excusas peregrinas para devolver tarde un título.». Solo tiene grabada una: «vino un chico extranjero a devolver un DVD que había alquilado su compañero de piso y al ver que aún estaba en fecha le dije que aún no había llegado el vencimiento del préstamo, y me respondió que quien me lo había alquilado había fallecido ese mismo día y al recoger sus cosas lo había visto. Me llamó la atención tanta responsabilidad con algo así».