El COAR avisa del fuerte impacto del edificio de Bosonit

Feli Agustín
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Apelan a introducir «posibles reformas razonadas» y garantizar el uso público del espacio así previsto

Solar de Bosonit, en Marqués de Vallejo, 20. - Foto: Óscar Solorzano

El flamante autor del estadio olímpico de Tokyo, Kengo Kuma, responsable del edificio de Bosonit, se encontrará hoy en su primera visita a Logroño con  las severas reticencias que sus colegas encuentran al que será sede central de la tecnológica, que supondrá un «fuerte impacto volumétrico en el casco antiguo». 

El Colegio de Arquitectos de La Rioja (COAR) ha introducido esta y otras 'alegaciones' en un documento que ha remitido a los grupos políticos y al alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, que entre hoy y mañana debaten sobre el estado de la ciudad, un foro que seguro no hurtará espacio a un edificio al que el pleno municipal tiene previsto dar vía libre en noviembre. «Entendemos que algunos aspectos, como la altura, no están bien reflejados en la modificación puntual [del Plan General Municipal, necesaria para su construcción]», explica Ángel Carrero, presiente del COAR.

La edificación, que será anexa a la iglesia de Palacio, una vez derribado el edificio que separa el templo del solar de Marqués de Vallejo, 20, donde se asentará, ha generado «alarma» entre los arquitectos, que ya mostraron su oposición al proyecto la primera vez que fue examinado por la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de La Rioja  (COTUR), que ha de volver de nuevo a darle sus parabienes.

En el escrito, indican que en el expediente que estudió la COTUR contaba con el informe desfavorable de la arquitecta de la Consejería de Cultura. En el mismo, «extenso, claro y conciso», se estima que la volumetría que puede generar dicha edificación «vulneran las determinaciones legales dictadas en las declaraciones del Conjunto Histórico del Camino de Santiago en La Rioja como Bien de Interés Cultural y patrimonio de la UNESCO y de la iglesia de Palacio como monumento histórico nacional». «Nos parece muy arriesgado de cara al futuro que cambie de propiedad y todos los espacios que se prevén de uso público dejen de serlo», explica el Colegio de Arquitectos, organismo que critica que esta modificación puntual del plan general, que eleva la edificación, es «un ejemplo claro de urbanismo a la carta». Así las cosas, señalan que se está a tiempo, técnica y legalmente «de introducir las posibles reformas puntuales, necesarias y razonables» en la modificación del planeamiento, de modo que la empresa «implante un edificio que se ajuste a sus pretensiones y acorde volumétricamente con el entorno singular donde se asienta».