El domingo se festejó el ascenso y desde ayer el Grafometal ya piensa como equipo de Liga Guerreras, competición en la que debutará el próximo año con el objetivo de conseguir la permanencia. 

Las riojanas llegaron ayer a Logroño en una tarde frenética en la que primero fueron recibidas por medio centenar de seguidores y compañeras en el Palacio, después se trasladaron a la Fuente Murrieta, escenario de toda celebración deportiva logroñesa, y después fueron homenajeadas en el Palacio de los Deportes.

Y mientras que se desataba la alegría, la directiva trabajaba ya en el proyecto de la confirmación en la elite.

ManuEtayo no seguirá al frente del equipo. El técnico navarro así lo reconocía: «Sabía que no iba a seguir, pero quería despedirme con el ascenso». El navarro tratará ahora de devolver al Morvedre a la elite. El preparador dio las gracias a todas sus jugadoras«por seguirme». En su tercera temporada, saboreó el éxito que hace un año se le escapó en el Palacio de la forma más cruel.

Quien se piensa si seguir es Masha Boklashchuck. La capitana había oficializado sus ganas de retirarse pero, una vez festejado el ascenso y sin apenas voz, retrasa su retirada un año más «para volver a saborear la elite».

Diego Molia, presidente de la entidad, se reconocía aliviado después de haber conseguido el ascenso cuando menos se esperaba. «Con el primer empate (23-23 con el Bolaños), me dije que si ganábamos al San José estaba hecho». Así fue.

El presidente dio las gracias a las jugadoras, a Manu Etayo, «por su profesionalidad», a la afición y a las instituciones «que siempre responden». Además confirmó la continuidad de Grafometal como sponsor principal para el debut en la elite. Pese a la dificultad de la empresa, el Sporting «estará preparado» para el reto que acaba de comenzar.