El gasto de medicinas sin receta cae un 35%

Bárbara Moreno
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La Dirección General de Farmacia de La Rioja está inmersa en un programa para fomentar el uso racional del medicamento. El gasto de dispensación en antibióticos ha decrecido un 20% en lo que va de año con respecto a 2020

Imagen exterior de una farmacia en Logroño. - Foto: Ingrid

La dispensación de los medicamentos con receta ha crecido en lo que va de año en La Rioja un 4%, superando ya los 58 millones de euros, mientras, el gasto farmacéutico y de productos sanitarios sin receta en lo que va de año ha decrecido un 35% con respecto a 2020 atendiendo a los datos del Ministerio de Hacienda de gasto sanitario.

La primera lectura que se puede hacer es que mientras crece el gasto en recetas, baja el gasto de los medicamentos sin receta, y por tanto, la automedicación que en pandemia aumentó por  la dificultad para acudir al médico de cabecera, ya que, solo se atendía por teléfono, salvo en casos de Urgencias. 

La Dirección General de Farmacia de La Rioja está inmersa en un programa para fomentar el uso racional del medicamento. De hecho, como explica el director general, Gonzalo Aparicio, es muy importante alertar a la población de que el mal uso del medicamento es perjudicial. «En La Rioja siempre hemos estado por debajo de la media nacional en gasto farmacéutico. Unas de las causas son las medidas de uso racional de medicamento y la receta electrónica. Pero siguen trabajando en medidas que ayuden a una prescripción más adecuada. De hecho trabajan en un sistema para modificar e introducir  un campo o filtro más en el programa que se utiliza para la prescripción. Pero lo más importante, el estudio que está realizando esta Dirección en la creación de un equipo multidisciplinar entre enfermero, médico y farmacéutico.

Con lo que más cuidado hay que tener es con los antibióticos. Este año, explica Aparicio, ha disminuido la dispensación de este medicamento en más de un 20% respecto a 2020. El gasto total de antibióticos de uso general es de 524.000 euros de enero a septiembre. Es decir, de 131.000 euros menos que en el mismo periodo de 2020. Y eso puede deberse a un uso más racionalizado del medicamento.

Las infecciones provocadas por microorganismos resistentes son un problema que afecta a todo el mundo y debilita la medicina. En España provocan 4.000 muertes al año. Y una de las causas que provoca el aumento de las resistencias es el uso inadecuado de antibióticos , porque entre un 40 y un 50% están mal prescritos o no se dispensan cuando son realmente necesarios. 

  «El uso racional es clave en el diagnóstico, la prescripción, la dispensación, pero también en la administración. A veces la última parte no se vigila de forma adecuada y se pierde la adherencia al tratamiento. Si no se administra bien o se hace mal uso en horario incorrecto por ejemplo, o no se concluye con el tiempo necesario, se puede derivar en efectos adversos para el paciente». Sobre el incremento de recetas en este año, el director considera que ahora hay más gasto porque no hay tanta restricción, se empieza a hacer vida más normal y hay más infecciones. Y por otro lado, porque el ciudadano acude más al médico. Lo cierto es que año a año crece el gasto farmacéutico, porque «aumenta la esperanza de vida». Pero «lo que hay que hacer es que no se dispare este gasto». 

 

«La resistencia de los antibióticos es uno de los problemas que más nos preocupa»

El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de La Rioja, Mario Domínguez, es consciente del mal uso del medicamento y en especial de antibióticos que se hace no en La Rioja, sino en toda España. Y explica que, precisamente la resistencia de los antibióticos, «es uno de los problemas que más nos preocupa».  Y por eso, explica, desde el Colegio están trabajando con la Administración en el control y en la educación sanitaria. «Hay que hacer un esfuerzo con la población pero también hay que buscar que la prescripción sea óptima».

«Hay que ser responsables con los antibióticos. Y hay que insistir en la necesidad de que los ciudadanos no presionen ni a sus médicos para que se los receten, ni hay que insistir en la farmacia para que te los vendan, e insistir en que se tomen la pauta completa». «Y es que es lo mejor para el paciente», añade Domínguez. 

El farmacéutico quiere dejar claro que, ahora que están en auge los procesos gripales y catarrales o los dolores de garganta, los antibióticos no son la solución.  

Por otro lado, los antiinflamatorios también se consumen en exceso en España. «Y hay que utilizarlos en su forma indicada y en el tiempo indicado. Y algunos van con receta, otros no, y no es por capricho de que se puedan dispensar o no con receta, sino porque están limitados a diferentes patologías».

Durante la pandemia, la farmacia ha sido uno de los servicios esenciales y no se ha cerrado en ningún momento, «y sigue estando abierta, este servicio no se ha cerrado ni restringido en horarios nunca», insiste Domínguez. Los farmacéuticos reconocen por tanto que cuando los centros de salud estaban cerrados y solo atendían por teléfono, muchos pacientes acudían a la farmacia pero, «la automedicación siempre ha sido responsable. Y queremos dejar claro e insistir en que la farmacia siempre ha estado y está en colaboración con todos los profesionales de  la salud y no vamos por nuestra cuenta».

Eso sí, los farmacéuticos ahora insisten en que están preocupados por el aumento de los contagios de cara a las navidades. Los ciudadanos siguen entrando en la farmacia como primera puerta de entrada al sistema sanitario, y de hecho, la venta de los test de autodiagnóstico del coronavirus está volviendo a repuntar. 

«No es la venta de cuando salieron, pero está repuntando», insiste, a la vez que informa de que las farmacias disponen de un dispositivo completo para, en caso de que el cliente quiera, informar y poner en marcha el procedimiento en caso de que la prueba de positiva. Se envía la confirmación a Salud, y comienza el proceso con una PCR y el rastreamiento. El test cuesta de 5 a 6 euros.