Un hueso duro de roer

El Día
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En plena ebullición tras la remodelación anunciada, comercios y vecinos de San Antón quieren la calle arreglada, pero con párkings

Calle San Antón de Logroño. - Foto: Ingrid

Con tu anuncio tienes a vecinos y comerciantes contentitos». De esta manera tan directa, Francisco Martínez Berges, presidente de la Asociación Riojana de Hostelería y propietario de la cafetería Ópera, se dirigía al alcalde de Logroño después de que el lunes Pablo Hermoso de Mendoza avanzara que planea acometer una reforma de la céntrica vía de manera similar a lo realizado en República Argentina. En un tramo de esta calle, paralela y vecina, se han  ensanchado aceras, reducido a uno los carriles de circulación y prácticamente suprimido los aparcamientos, aunque se mantienen estacionamientos de corta estancia en las zonas de carga y descarga. A la espera de que el equipo de Gobierno concrete el proyecto y los plazos -aunque el alcalde ya anunció en el Debate del Estado de la Ciudad que tiene la voluntad de licitarlo y ejecutarlo el año próximo- el anuncio ha provocado un auténtico revuelo entre comerciantes y vecinos que, como poco, desconfían de las intenciones de un equipo de Gobierno partidario de pacificar el tráfico.

Martínez Berges, que anhela que la actuación no se inicie antes de las elecciones, enumera calles peatonalizadas, como Gil de Gárate o Portales, donde el comercio ha desaparecido y es la hostelería la que garantiza  su supervivencia. «En las ciudades se cierra el casco antiguo, algo que no es San Antón», señala el hostelero, que resalta que una ciudad «pequeña» vive de las localidades vecinas. «Si nos ponemos zancadillas, les das vida a los centros comerciales», asegura Berges, que se pregunta de qué va a vivir esta ciudad.

«Ya les hemos dado un proyecto de calle, con anchura de aceras de hasta seis metros, un carril y estacionamientos», asegura, extremo que confirma  Jose Ulibarrena, de la Farmacia Marian Roa, que concreta que la propuesta que se elevó al ayuntamiento contemplaba la ampliación de las aceras y mantener aparcamiento en una calle con mucha rotación para facilitar la llegada a casa de los vecinos mayores, de los que hay un nutrido grupo. «Espero que el Ayuntamiento hable con la calle antes de iniciar las obras», aspira Ulibarrena, que   desea una intervención «bonita, segura y de la que todos salgamos beneficiados».

Similares argumentos a Martínez Berges defiende Eva López de los Mozos, de la óptica Morato, ubicada en Pilar Salarrullana, que resalta la importancia que desempeñan los habitantes de localidades de La Rioja  y comunidades limítrofes para el favorable desempeño de los negocios. «Si no encuentran aparcamientos se van a quedar en los centros comerciales;es una ciudad muy pequeña como para que se haga tanta peatonalización», argumenta la óptica, que añade quecada vez que se peatonaliza una zona comercial «se hunde».  Victoria Cupeiro, de la cuentería Lakú, tampoco lo «tiene muy claro», y destaca la queja generalizada de la falta de aparcamientos en el centro. Coincide con otros comerciantes en que «no le gusta» la actuación acometida en República Argentina, que «tiene descontentos» a la mayoría de comerciantes y apuesta por «combinar, dejando aparcamientos y  zona peatonal».

Elena Hernández, de la mercería Hilos, a la espera de conocer el proyecto de reforma, es tajante: «como hagan lo que están haciendo en el resto de Logroño, una chapuza». Reitera la necesidad de arreglar las aceras, «que están en un estado lamentable, llenas de agujeros, te tropiezas cuando andas...», y ensancharlas, pero rechaza una peatonalizacíon.

Eloy Rodrigo , de Toy Planet, considera que «está bien» crear nuevos espacios, pero «se está llevando a un extremo que no es beneficioso para nadie, ni vecinos y comercio». Informa  de que tenía negocios en las Cien Tiendas y lo que comenzó siendo un experimento «novedoso», ha desembocado en un «desastre, y ahí están las pruebas». Comparte la necesidad de remodelar las aceras, con nuevo adoquinado y arbolado, pero rechaza las «filigranas de gente que no sabe lo que es levantar una persiana todos los días». Argumenta que los aparcamientos privados «son caros», de tal manera que plantea que se entreguen subvenciones a los comerciantes y que estos puedan bonificar el párking a sus clientes.

En la carestía de los estacionamientos privados coincide Elena Madorrán, de Ramón Óptica, que destaca que  «vivimos de los pueblos de alrededor de Álava, Navarra, Burgos, Aragón y La Rioja».

«Son como los curas, hablan de la familia cuando no están casados ni tienen hijos, nadie es comerciante ni dirige ninguna empresa;no saben lo difícil que es fidelizar un cliente para que el Ayuntamiento ponga trabas», razona. Constata que la calle necesita reformas que no se han acometido en 30 años, pero se muestra en contra de cualquier intervención que no mantenga el actual modelo,

«Que nos dejen como estamos, que estamos fenomenal, con dos carriles, zona azul, y  nuevo pavimento, árboles, bancos y jardinera», razona Madorrán, quien opina que República Argentina ha quedado «fenomenal», pero los comercios han perdido clientes de fuera, al igual que en Duquesa de la Victoria. «Están que trinan, no se puede aparcar los parkings son supercaros,quieren cargarse el comercio y  se lo van  a cargar», afirma

Inés Lerena, presidenta de la Asociación de Vecinos del Centro, se muestra muy «disgustada» porque «no nos han preguntado cómo queremos que se hagan las cosas».

«Me da miedo cuando le toque a San Antón y no nos hagan caso;entre vecinos y comerciantes podemos decirle al alcalde cómo y qué queremos;no que te digan que esto es así porque sí», señala esta vecina de San Antón, que comparte que «hay que dar un buen repaso a la calle, pero conservando circulación y aparcamientos.