Y abril fue aguas mil

Cayetano G. Lavid
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Las lluvias de la última semana superan todo lo caído en enero y febrero, aunque 2022 arrastra un déficit de 20 litros. Los embalses aumentan sus reservas, que rondan el 90%

Abril fue tan lluvioso como se esperaba. - Foto: Óscar Solorzano

Abril revalida su fama de mes lluvioso y hace que el refrán siga siendo perfectamente válido: en tan solo cuatro días de la presente semana llovió lo mismo que en todo enero y febrero. No obstante y, a pesar de que la mitad de los días del presente mes vinieron acompañados de lluvias de mayor o menor intensidad, 2022 está siendo un año seco. 

La escasez de precipitaciones de enero y de febrero, son las 'responsables' de eclipsar un abril que ha cumplido las expectativas climatológicas y, especialmente, hacerle sombra a un marzo extraordinariamente húmedo.

El delegado de la Aemet en La Rioja, José Antonio Pellitero, explica que lo normal es que para el primer trimestre del año se recojan alrededor de 77 litros. Este balance no es positivo, ya que los datos aportan poco más de 53 litros en total. Esto se traduce en un déficit desde enero superior a los 20 litros. Una escasez que no se ha compensado con abril, un mes que ha aportado dos litros más de lo esperado –se han registrado hasta hoy 48 litros de los 46 previstos–, lo que reduce esa escasez 2 litros del total, luna rebaja poco determinante.

Marzo sí que representó un papel importante, quizás clave para que los datos no hayan supuesto un problema: «Si el tercer mes del año solemos recoger algo más de 26 litros, este año se llegaron a registrar 40, lo que supone que estemos hablando de un mes especialmente húmedo», afirma Pellitero.

El experto de la Aemet, no obstante, insiste en que no se ha compensado la sequía de los primeros meses del año, aunque hace una aclaración: «Hablamos de año seco al referirnos al año natural. Si tomamos los datos del año hidrológico o agrícola, estaríamos dentro de lo esperado», afirma.

¿Pero qué significan estos términos? Los meteorólogos no comienzan a cuantificar el año cuando llega enero, sino que siguen una especie de calendario escolar. «De este modo, el año agrícola comienza el uno de septiembre y el año hidrológico el uno de octubre», aclara José Antonio Pellitero.

Este calendario alternativo, el que cuenta realmente para elaborar los informes de la Agencia Estatal de Meteorología, sí que muestra un panorama más equilibrado. «Noviembre y diciembre fueron  meses abundantes en precipitaciones. Al terminar el año de esta forma y contabilizarlos en nuestro calendario, compensan perfectamente estos datos de enero y de febrero, con lo que podemos estar tranquilos», sentencia el experto.

Los datos que maneja la Aemet corresponden a la estación de medición situada en Agoncillo, lo que para José Antonio «supone unos datos verdaderamente fidedignos».

Pese a no haber terminado aún el mes de abril, ya se puede tomar por válido el estudio del mismo. Esto es así debido a que no se espera que llueva en Logroño ni hoy ni mañana y, de caer alguna gota, «algo poco probable, no sería suficiente como para alterar la media mensual», explica el experto.

Tranquilidad

Los datos de precipitaciones, teniendo en cuenta el año natural, pueden parecer alarmantes, pero el delegado de la Aemet no los ve preocupantes.

«Hay que tener en cuenta que los embalses gozan de una salud estupenda», apunta. Y es que, los niveles de estas reservas no solo no han notado la falta de lluvia a comienzos de año, sino que sus reservas se han incrementado y ya están por encima del 90% en dos de los tres más representativos, situando su media total en un 92%. «Si mayo mantiene la tendencia de abril, todo irá bien», sentencia Pellitero.

Mayo continuará con la tendencia pluviosa de abril

Las lluvias de los últimos días de abril no desaparecerán con el mes al cambiar el calendario. La Agencia Estatal de Meteorología espera que esta inclinación por las precipitaciones continúe también en mayo.

Tras el breve respiro que supondrá la jornada de hoy y el fin de semana, el primer día lectivo del quinto mes del año retomará las precipitaciones, que deberían ser similares tanto en cantidad como en periodicidad a las de este último mes, todavía presente.

«De ser así, todo apunta a que la situación de los pantanos, así como la de las tierras de cultivo no presentarán consecuencias de cara al verano», afirma el delegado de la Aemet, José Antonio Pellitero, que sí que deja ver que de no ser así, podría tener consecuencias para la agricultura.

Progresivamente, sí que se espera un clima más seco y caluroso hacia junio y julio, lo que supondría estar «dentro de lo normal», sentencia.