UPA ve "un parche" en las indemnizaciones por ataques de lobos

El Día
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l Gobierno eleva hasta los 142,23 euros el pago por cada oveja certificada e incluye el lucro cesante. Entre 2019 y 2021 se confirmó la muerte de 1.426 cabezas y desde el 20 de abril, el cánido ha acabado con otras 55 solo en Laguna

Rebaño de ovejas en los montes de Ventrosa. - Foto: Óscar Solorzano

«Un mero parche». Así valora la Unión de Pequeños Agricultores las indemnizaciones que el Gobierno de La Rioja concede por cada oveja muerta por ataque de lobos. El Ejecutivo anunció el viernes pasado el incremento hasta los 142,23 euros la indemnización por cada oveja muerta y certificada, es decir, atacada, muerta y localizada. Incluye así un porcentaje del lucro cesante y con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2022, según los datos facilitados por el propio Ejecutivo regional, y como así se ha comunicado a diferentes afectados. La indemnización se encontraba hasta ahora en 93,76 euros por cabeza, con lo que el nuevo pago en concepto de indemnización y lucro cesante amplía un 52% su cuantía. 

La Mesa Social de la ganadería extensiva y el lobo acordó en su última reunión, celebrada este pasado mes de abril, una batería de medidas dirigidas a la protección del ganado, y desde una perspectiva estrictamente económica, se acordó la inclusión del lucro cesante como parte de las indemnizaciones por oveja certificada. Una medida que, en cualquier caso, para el sindicato «no deja de ser un parche económico» que no termina de solucionar el problema, «ni cubre la totalidad de los gastos que supone la pérdida de una oveja, ni las consecuencias en el resto de la ganadería debido a la presencia del lobo». 

Los datos de los últimos tres años cuantifican en 1.426 el número de cabezas muertas bajo las garras del lobo y certificadas por la administración autonómica entre los años 2019 y 2021 en los parajes de La Rioja. Y 2022 no ha arrancado con mejores augurios. Solo desde el pasado 20 de abril, una ganadería de Laguna de Cameros ha sufrido la muerte de 55 ovejas de su cabaña. La situación para el sector ganadero es, según la Unión de Pequeños Agricultores, insostenible. No se culpa al cánido por comer. Desde UGT apuntan directamente a la administración. El lobo está en expansión, según Néstor Alcolea, técnico de UPA. «Podemos confirmar que en La Rioja se han asentado ya, al menos, cinco manadas de lobos». Una afirmación basada en ataques simultáneos en diferentes puntos de la geografía montañosa riojana. Valle del Iregua, Alto Leza, Siete Villas, Valle del Najerilla y la zona de Ezcaray han registrado evidencias de la estresante y trágica convivencia entre ganados y manadas. Hay que tener en cuenta que el cánido no dispone de depredador natural y se trata de una especie protegida por lo que no se le puede dar caza. A esto se suma, según Alcolea, que las antiguas manadas han criado y generan nuevas manadas. La situación, desde luego, no es nueva, aunque según UPA está adquiriendo tintes drásticos para la ganadería y para un sector clave en la vida de los pueblos de la montaña riojana. El número de ataques desciende año a año (630 en 2109; 430 en 2020; y 366 en 2021) a un ritmo que marca también el descenso en el número de ganaderías y de cabezas de ganado.

«Se extingue el ganadero». Los últimos casos denunciados proceden de Laguna de Cameros. En este municipio anclado en el Camero Viejo, María José tiene una explotación integrada por 400 cabezas. Desde el 20 de abril, el lobo ha acabado con 55 de sus ovejas. De ellas, a fecha del pasado viernes, no había podido identificar a 32, tal y como confirma la propia ganadera. María José tiene claro que, más allá del daño que el lobo genera en las explotaciones, «se va a conseguir terminar con la vida de los pueblos. No es que me dé igual los 140 euros por cabeza, el problema es que yo estoy a gusto con mis ovejas y así me gustaría seguir». Lo tiene claro: «estamos extinguiendo al ganadero, no al lobo».