Los disturbios embarran las negociaciones del nuevo Govern

Agencias-SPC
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El PSC pide excluir a la CUP del diálogo por su negativa a condenar la violencia en Barcelona, mientras ERC accede a revisar el protocolo de los Mossos para ganarse a los antisistema

El candidato de ERC y presidente regional en funciones, Pere Aragonès. - Foto: David Zorrakino Europa Press

La CUP planteó el pasado viernes una serie de condiciones previas a cualquier negociación para formar Gobierno que pasaban por ejemplo por la suspensión del uso de proyectiles de foam y la eliminación de la unidad de antidisturbios de los Mossos. Unas exigencias que no han cambiado, a pesar de la escalada de violencia que se pudo ver el pasado sábado en los disturbios en Barcelona, donde los radicales incluso llegaron a quemar una furgoneta de la Guardia Urbana con un agente dentro que consiguió salir a tiempo. De hecho, el incremento de la gravedad de las revueltas ha unido a partidos, policías y empresarios para exigir mayor contundencia a la Generalitat en sus intentos por detener los desórdenes callejeros.

Sin embargo, los últimos disturbios -se contabilizan ya 12 jornadas de violentas protestas en Cataluña- no han movido a la CUP de sus pretensiones e, incluso, ayer su cabeza de lista las elecciones del 14-F, Dolors Sabater, aseguraba que ERC «ha aceptado» sus condiciones sobre los Mossos d’Esquadra. Fuente de los republicanos precisaron, no obstante, que hay acuerdo en «trabajar conjuntamente» sobre estos temas, aunque aún «no hay nada cerrado». 

En este sentido, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, avaló que ambas formaciones están de acuerdo en «actualizar el modelo de orden público» en Cataluña. «Estamos trabajando en este ámbito, y algunas propuestas requieren cambios legislativos, pero en otras sólo se necesita voluntad política», añadió.

Pero en las negociaciones para formar un nuevo Govern falta un tercer protagonista, JxCAT, que mostró su sorpresa por la posibilidad de que la CUP y ERC hayan podido decidir ya sobre cuestiones de tanto calado que afectan a una conselleria en manos de JxCat como es Interior, liderada por Miquel Sàmper. La portavoz de la formación de Puigdemont, Elsa Artadi, enfrió la respuesta a las exigencias de los antisistema sobre cambios en los protocolos de los Mossos y apostó por «estudiarlas con tranquilidad», sin tomar «decisiones en caliente». Artadi señaló que la CUP «ha ido poniendo sobre la mesa aspectos en materia antirrepresiva que hay que ir hablando al margen» de las negociaciones para la formación del nuevo Govern.

Por su parte, la número dos del PSC en el Parlament, Eva Granados, pidió a ERC y JxCat que sean contundentes al rechazar los disturbios de las últimas noches y que no sigan negociando con la CUP porque «no puede haber un Govern con quien no condene claramente la violencia». «Es inadmisible que Cataluña sea prisionera de la CUP».

 

Disputas políticas

Por otro lado, las patronales catalanas, con Foment y Pimec al frente, asociaciones de comerciantes, de agencias de viajes y gremios como el hotelero, entre más de un centenar de entidades del mundo empresarial y de la sociedad civil, publicaron ayer un manifiesto en el que exigen a la Generalitat y a los ayuntamientos que dejen a un lado «las disputas políticas» y trabajen con «unidad y lealtad» para poner fin a la violencia en las calles de Cataluña.