No hay maldición que cuatro visitas dure

M. A. G-S.
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La SDL gana en Lezama (0-2) y abrocha media permanencia

La SDL cierra el año con victoria. - Foto: SD Logroñés

Ficha técnica:

Athletic B: Ispizua; Chasco, Mendibe, Trespalacios, Rincón; Ares, Goti (Ander Llorente, 51), Rego (Iker Varela, 86), Unai Gómez, Guruzeta; y Jon Cabo (Gerenabarrena, 62).

SDL: Azón; Gexan Elosegi (Monroy, 72), Monreal, Víctor Ruiz, Manny Rodríguez; Sarriegi, Borja Martínez, Diego Esteban (Alain Ribeiro, 88); Castri (Emilio Lozano, 56), Unzueta (Silvente, 88) y Samanes.

Árbitro: Francisco García Riesgo. Expulsó por doble amarilla al local Rincón (49). Amonestó al local Unai Gómez y a los visitantes Monreal y Alain Ribeiro.

Goles: 0-1, M. 30: Mendibe, en propia puerta; 0-2, M. 89: A
Incidencias: mediodía ventoso en el último partido del año para la SDL disputado ante mil espectadores en Lezama, con algo más de 200 seguidores blanquirrojos.

La Sociedad Deportiva Logroñés, al cuarto intento, puntuó en Lezama. Lo hizo ganando uno de esos partidos que, en tantas otras ocasiones, se le han escapado. Un gol afortunado de Mendibe en propia puerta, a la media hora, y un cabezazo en el 90 de Alain Ribeiro le permite alargar su racha (diez de los últimos doce), poner siete puntos, por ahora, sobre el descenso y abrochar algo más de media permanencia. Ese, por ahora, es el único objetivo de los blanquirrojos.

El mérito de los riojanos fue enorme y eso que, en la segunda mitad, pese a jugar con uno más, sesteó en exceso. Tuvo la fortuna de que el Bilbao Athletic es un equipo bisoño al que casi todo le sale mal. La SDL, gafada en Lezama, por fin sonríe.

Volvió a variar su once Raúl Llona, apostando por un eje (Monreal y Víctor Ruiz) que, en sus dos comparecencias previas, mantuvo a cero la portería. Igualmente, premió a Castri como compañero de Gexan en una banda derecha inédita hasta la fecha.

Los primeros minutos, de control, no depararon llegada alguna aunque Ares, el más incisivo de los rojiblancos, obligó a Azón a intervenir. La réplica la firmó Manny con una galopada profunda que acabó en saque de esquina. La dinámica del encuentro, de mucha pausa y contemporización, beneficiaba a los riojanos que ni se inmutaron con un disparo desde la línea divisoria de Rego. El fuerte viento no condicionó la trayectoria del segundo remate vizcaíno.

Sin embargo, al cuarto de hora, la tuvo Samanes en un balón peinado por Unzueta que el navarro engarzó y estrelló contra el larguero. Ispizua respiró en la ocasión más clara de la contienda. En el 25, tras unos compases en los que el Athletic B fue el dueño, Monreal voleó al borde del área un rechazo pero su impacto acabó fuera del estadio. A la media hora, el central lo volvió a intentar con una chilena mucho mejor digerida. Ispizua evitó el gol de la jornada pero, del saque de esquina, nació el tanto blanquirrojo, Mendibe, en su intento por despejar, marcó en propia puerta en una acción de lo más desafortunada para los rojiblancos.

El Athletic B no se pudo reponer del autogol y a punto estuvo de hipotecar su suerte en el partido en una gran acción de Castri que se fue, por fuerza, de todos sus oponentes y asistió a Unzueta que no pudo articular un remate franco. El de Abadiño optó por colocar e Ispizua, con muchos apuros, salvó la sentencia. Fue el último destello de un primer acto gestionado a la perfección por los logroñeses.

Tras la pausa, el Bilbao Athletic intentó adelantar sus líneas pero, al cuarto minuto, se quedó con die por doble amarilla a Rincón, que en una jugada sin consecuencia golpeó a Manny. El colegiado fue riguroso en extremo. La SDL no sufría, jugaba con el marcador y la ansiedad del rival a favor. Solo esperaba sentenciar, a la contra, la contienda. No obstante, para amarrar un poco más la contienda, Llona sacrificó a Castri y echó más mortero con Lozano. A la hora de juego, nada sucedía en Lezama. Y eso era otra buena noticia para los riojanos.

Los logroñeses se desentendieron del esférico mas el Athletic no supo qué hacer con él. Ares, el mejor de los suyos, era el único que trató de revolverse ante la situación pero estaba demasiado solo. La SDL era una roca, un bloque imperturbable, dueño del juego sin necesitar el balón, elemento casi siempre esencial en su propuesta. Una falta en la frontal desaprovechada fue un ejemplo de la escasa contestación ofrecida por el equipo de Pallarés.

A quince del final, el encuentro languidecía. La SDL sesteaba y al Athletic B no le daba. Samanes, con dos latigazos, trató de recordar a los suyos que el duelo no estaba cerrado. La pelota le quemaba a los riojanos y, por fortuna, su rival no era capaz de atemperarla. Aguardaban diez minutos de sufrimiento porque el Athletic B llegaba aunque no ajusticiaba: Unai Gómez, tras una frivolité rodeado de centrales, percutió alto.  Después, Gerenabarrena, en una contra que la SDL nunca debió conceder, cabeceó al larguero.

Aunque Diego Esteban, tras asistencia generosa de Emilio Lozano, ejecutó mal el que debió ser el 0-2, la SDL ya no se permitió más sustos y cerró la contienda con mucha cabeza. Manny ganó la línea de fondo y asistió a Alain Ribeiro que, en el primer balón que contactó, finiquitó la victoria.