El poder de las joyas

Carmen Martín (EFE)
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Vikki Tobak repasa en el libro 'Ice cold' los 40 años de comunión entre los cantantes, sobre todo raperos, y el oro y las piedras preciosas, una herramienta para poder comunicar sus éxitos

El poder de las joyas - Foto: Photo © David Corio

Travis Scott, Megan Thee Stallion, Ricky Walters, JBalvin, A$AP Ferg, Jay Z, Cardi B o Rihanna son algunos de los raperos que han echado mano de ostentosas y extravagantes joyas no solo como signo de estatus y bandera de estilo personal, sino también como una lujosa herramienta para comunicar sus éxitos.

«Mis joyas son mi traje de superhéroe», señala en el libro Ice cold (Taschen) el rapero Ricky Walters que una vez llegó al olimpo de la riqueza apostó por lucir joyería en oro y diamantes, incluyendo, al mismo tiempo, varios collares con medallas gigantes, brazaletes, enormes anillos y dientes de oro.

Esta curiosa obra reúne 40 años de comunión entre raperos y joyas, un análisis con imágenes icónicas en el que grandes estrellas como Jay Z, Migos, Pharrell o Tupac hacen gala de piedras preciosas como signo de estatus y expresión de estilo personal.

«El hip-hop brilló y redefinió el mundo de la joyería, el lujo y el estilo», escribe la periodista y autora de este volumen, Vikki Tobak.

El amor de los cantantes de hip-hop por las joyas empezó a despuntar en la década de los 80, cuando artistas como Slick Rick o Run-DMC ganaron sus primeros dólares con actuaciones fuera de sus marginales barrios. Era su manera de mostrar a la sociedad que, con su música callejera, ellos también tenían acceso a la riqueza y exhibían en público collares llamativos, cadenas gruesas de oro y anillos de impacto.

Pero según se abría paso el hip-hop en los 90, la industria de la joyería evolucionó de la mano de sus protagonistas, ofreciendo una gran variedad de piezas cuajadas de diamantes, con más poderío.

En esa época, los raperos acudieron a Jacob Arabo, fundador y presidente de la prestigiosa marca de joyas Jacob & Co., que tenía su propia tienda en el distrito Diamond de Nueva York. Rápidamente le apodaron como Jacob the Jeweler, sobrenombre que aparece en las canciones de Jat-Z o Nas, entre otros.

«La joyería siempre ha sido gran parte de mi vida, ha ido evolucionando según he ido creciendo en la música», cuenta en el libro el rapero A$AP Ferg, que recuerda que en su barrio, Harlem, siendo un adolescente comenzó a hacer colgantes con tachuelas de cristal con personajes como Bart Simpson y Mega Man.

Perla blanca

A medida que el hip-hop subía como la espuma, la joyería proporcionaba a sus artistas un lenguaje a su medida. Por ejemplo, Asap Tocky ofreció una visión más amplia de ese género cuando incluyó la clásica perla blanca a piezas de oro, un juego estético que fue más allá de las normas de género.

Ahora, las joyas no respiran aire callejero, sino diseños exclusivos en los que cantantes como Pharrell Williams, Jay-Z, Gucci Mane y Cardi B integran motivos de la cultura pop y colaboran con artistas como Takashi Murakami en piezas que hablan de la audacia y la sabiduría del hip-hop.

Así, en este libro el rapero Cam'ron aparece en una imagen, tomada en Nueva York en 2006, con una maraña de cadenas y de una de ellas cuelga un colgante con la forma de globo giratorio motorizado, con una luz de freno que funciona con baterías y está realizado con cientos de diamantes y más de 300 gramos de oro.

También se ve a Megan Thee Stallion en Los Ángeles en 2020, con el colgante Hot Girl, una cadena de llamas con diamantes incrustados, elaborada con 155 quilates de diamantes y un kilo de oro.

No pasan por alto las piedras preciosas incrustradas en anillos tamaño XXL de LL Cool J, las gruesas cadenas de Big Daddy Kane o los grills dentales de oro o platino, pieza que creó Eddie Plein en un sótano de Brooklyn y que ahora se ha convertido en accesorio imprescindible para Beyoncé, Rihanna o Rosalía.