Bañares es actualmente un pueblo orgullo del trabajo realizado, y el que queda por realizar, para combatir los azotes de la despoblación y que, como a muchos otros municipios, amenaza con mermar la calidad y la cantidad de sus calles. Un suma y sigue que tuvo sus inicios allá por el año 2021 cuando el Ayuntamiento, comandado por Antonio Santiago Ortiz de Landázuri, decidió realizar un diagnóstico que detectara los puntos fuertes y débiles de un pueblo que, como muchos otros, padecía en carne propia el fenómeno demográfico.
Siempre de la mano de los vecinos y asociaciones de Bañares, el municipio puso en marcha un primer proyecto de dinamización para, en líneas generales, dotar a la localidad riojalteña de una serie de servicios que, hasta el momento, brillaban por su ausencia. Todo ello bajo las premisas de la implicación, la colaboración y la participación y todo ello, mantenido en el tiempo.
En julio de 2021, arrancó así un segundo proyecto basado fundamentalmente en la adecuación de espacios municipales en los que se han venido desarrollando actividades dirigidas a todos los tramos de edad. Espacios como un centro joven, una estancia dirigida al teletrabajo, otro para formación destinada a crear oportunidades de empleo, fundamentalmente a través de las energías renovables, una sala destinada al envejecimiento activo y una zona para acercar la administración al ciudadano y facilitar procedimientos digitales. Tanto el primer edil de Bañares, como Ana Esther Agriano, agente de desarrollo local, son conscientes de que todo el proyecto debía ser continuación del primero. Bañares ha logrado de esta forma generar hasta 16 empleos de carácter temporal e indefinidos, algunos vinculados al propio Consistorio y otros a empresas externas como Aresol, que se encargó de unos cursos de instalación de placas solares que despertó el interés de 72 personas, algunas incluso de fuera de la Comunidad. Bañares le está dando una contundente vuelta de tuerca al reto demográfico, y lo está haciendo con la ilusión que transmiten tanto Antonio como Ana, pero también con el convencimiento de que cualquier proyectos de estas características debe contar con la implicación del pueblo.