Alrededor de 3.000 personas se han congregado este sábado en la campa de la Ermita de la Santa Cruz de la villa riojana de Quel, de cuyo balcón se han lanzado 2.800 tortas de pan y 60 kilos de queso, como si de una lluvia se tratara, en una tradición que se ha revivido, en toda su esencia, tras el parón de la pandemia.

Hacia las 9:00 horas, los vecinos de la localidad han subido en procesión hasta la ermita, tras cuya eucaristía, los miembros de la Cofradía del Pan y Queso han procedido al lanzamiento de las tortas y el queso, troceado y envuelto en papel de aluminio.

Niños y mayores de todas las edades no han querido faltar a la cita y, entre la multitud agalopada, han saltado parta recoger el pan y el queso, que han lanzado los miembros de la Cofradía en un ambiente bullicioso y festivo de esta romería, que cada 6 de agosto se celebra en esta localidad de unos 2.000 habitantes.

Según ha informado a Efe la concejala de Cultura de Quel, María Rodríguez, la pandemia obligó a suspender la esencia de la Fiesta del Pan y Queso, declarada de Interés Turístico Nacional y, durante los dos años pasados, el pan y queso se repartió en mano entre las personas interesadas, pero sin lanzamiento ni aglomeraciones.

La coincidencia este año, del 6 de agosto, en fin de semana ha animado no solo a vecinos y veraneantes de Quel, sino también a habitantes y turistas de otros pueblos de la zona a acercarse a esta villa para disfrutar de este ambiente de fiesta.

Para los vecinos de la localidad, recoger el pan y el queso en forma de lluvia en la carpa de la ermita "ha sido algo muy esperado y ha supuesto el renacer de una tradición contenida, que ha vuelto a su esencia", ha relatado la concejala.

El mayordomo de la Cofradía, Antonio Martínez, ha explicado a Efe que el origen de esta Fiesta se remonta a 1479, cuando la población de Quel quedó mermada por una epidemia de peste a la que solo sobrevivieron 17 de sus 50 habitantes y "el pueblo estaba a punto de desaparecer".

Los vecinos se creyeron castigados por sus pecados, por lo que decidieron pedir perdón y acabar así con la peste, para lo que salieron en procesión desde la Iglesia Mayor de la localidad hasta la ermita, cruzando en su recorrido todo el pueblo e incluso bordeando la orilla del río Cidacos.

Con ellos, llevaron trece candelas, conocidas también como hachas, en honor a once santos de la zona, a la Virgen María (representada en Quel por la Virgen de la Antigua) y al Santo Cristo.

Las velas fueron consumiéndose, pero aquellas consagradas a la Virgen y a Jesucristo resistieron más que las demás, "tanto como lo que cuesta subir y bajar a Arnedo", un hecho que los vecinos consideraron milagroso pues las trece velas eran todas iguales en tamaño, ha detallado.

Tras la celebración de la procesión, la mortandad por peste en la Villa de Quel cesó y los vecinos atribuyeron este hecho a un milagro divino.

En agradecimiento, decidieron fundar una Cofradía y hermandad (de la Transfiguración del Señor, conocida popular mente como 'Del Pan y Queso') con trece miembros, uno por candela, y acordaron mantener la tradición de la procesión, en la que se saca a la Virgen de la Antigua.

La tradición se ha mantenido casi intacta durante más de cinco siglos y los vecinos de Quel ha cumplido con esta fiesta desde 1479 hasta la actualidad, salvo el cambio de formato habido por la pandmia, en lo que es "una de las tradiciones más antiguas de España", con más de 500 años de antigüedad.