La mitad de los centros educativos cuenta con desfibriladores

Cayetano G. Lavid
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51 edificios de la red pública tienen un aparato como el usado para salvar a un alumno con parada cardiaca en el Cosme García. El Gobierno renueva los más antiguos, que datan de 2010

Un profesional de Cruz Roja muestra el funcionamiento de un desfibrilador, en la sede de la entidad en Logroño. - Foto: Cruz Roja

La eficacia de los desfibriladores a la hora de salvar vidas es indiscutible. El último caso en el que este equipo resultó vital sucedió este martes en el instituto logroñés Cosme García, donde un estudiante de Formación Profesional pudo salvar su vida al sufrir un paro cardiaco tras recibir una fuerte descarga eléctrica cuando realizaba una práctica. Aunque no es obligatorio que todos los centros educativos posean estos equipos, 51 colegios, institutos y otras dependencias de enseñanza de la red pública riojana cuentan en la actualidad con desfibriladores para su uso en situaciones de emergencia. Son proximadamente el 50% del total de centros educativos de la región, entre los que se encuentran institutos, colegios de primaria, escuelas de idiomas o el conservatorio de música, indica un portavoz de la Consejería de Educación.

La dotación de estos equipos de emergencia sanitaria responde a las recomendaciones de dos decretos del Gobierno riojano, en los que se aconseja instalar desfibriladores semiautomáticos en determinados casos y en diversos escenarios de la vía pública. La primera de estas normas llegó en  2008 y, desde entonces, los puntos aumentaron, sobre todo, en aquellos edificios donde hay un mayor tránsito de personas. Se trata de lugares como el aeropuerto, las estaciones de tren y autobús, los establecimientos comerciales o de ocio y los hoteles.

Muestra de que La Rioja apuesta por este instrumento sanitario es que desde hace meses ha puesto en marcha una campaña de renovación de estos equipos. Así, aquellos que llevan en funcionamiento desde su primera implementación en el año 2010 son reemplazados por desfibriladores nuevos, que garantizan su buen funcionamiento. Curiosamente, el alumno del Cosme García que sufría una descarga eléctrica y que sigue ingresado en el hospital, fue asistido en el centro por un profesor con uno de estos desfibriladores renovados.

En el día a día. En la capital riojana, la mayoría de los edificios públicos disponen de estos aparatos. El Ayuntamiento cuenta con uno, loo mismo que la biblioteca Rafael Azcana. Los bomberos también tienen uno en sus instalaciones y, otro que viaja con ellos en sus salidas en un vehículo auxiliar. Junto con los dos que tienen los responsables de Protección Civil, suman 4 en esta área. También Logroño Deporte tiene desfibriladores en el estadio Las Gaunas, en la Ciudad del Fútbol de Pradoviejo y en los polideportivos de Las Norias, Las Gaunas, Lobete y La Ribera, además de los que hay en los campos de fútbol de La Estrella, Varea y El Salvador. 

Pero, ¿son suficientes estos equipos? Un médico voluntario de la Cruz Roja de Logroño, Álvaro Casado, opina que «nunca serán suficientes», debido a que ante una parada, es imprescindible actuar «con mucha rapidez y para que hubiese suficientes tendríamos que tener uno en cada esquina de la ciudad», aunque aclara que «eso es algo imposible y sí que están aumentando por toda la región».

Casado advierte que el uso de un desfibrilador «no es un juego y requiere un curso específico que imparte la Cruz Roja» aunque asegura que «ante una parada, la persona se puede considerar fallecida y, por tanto, si nadie actúa, morirá». El doctor aclara que es muy sencillo seguir los pasos correctos porque «estas máquinas te guían por voz» y, aunque recomienda actuar siempre para tratar de salvar una vida, recuerda que lo más fundamental, «siempre, es llamar al 112 para que  puedan guiarte hasta que llegue una ambulancia».

Funcionarios de administraciones regionales y locales, así como el personal de emergencia, realizan cursos para saber cómo actuar ante una situación de parada cardiovascular y poder colaborar en el proceso de ayuda.

¿Qué dice la ley?

El uso y la instalación de los desfibriladores está condicionada por dos decretos que se limitan a sugerir su implantación. De este modo, la Consejería de Salud recomienda que estos aparatos se encuentren disponibles en edificios como aeropuertos, estaciones de transporte, hoteles, centros comerciales con una superficie superior a los 1.000 metros cuadrados, estadios y centros de ocio, gimnasios o exposiciones y también, en el ámbito educativo, en los centros de enseñanza en los que transiten más de 500 personas en cada jornada lectiva. Por este motivo, solo un 50 por ciento de los centros escolares del ámbito público en La Rioja posee desfibriladores.

La clave, según el médico de la Cruz Roja, Álvaro Casado, es que «se implanten en sitios en los que haya un mayor número de personas» para conseguir su mayor efectividad.