La Rioja sienta bien

El Día
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La tierra con nombre de vino cautiva con enogastronomía, patrimonio, naturaleza, tradición y vanguardia y asegura sensaciones únicas desde el valle a la montaña

Dos mujeres pisan uva en un tinanco al estilo tradicional, en medio de una finca de cereal. La variedad de paisajes y ecosistemas es una de las singularidades de La Rioja. - Foto: La Rioja turismo

La Rioja sabe a vino... y a muchas cosas más. La comunidad autónoma más pequeña encierra en un territorio de valles y montañas un sinfín de tesoros menos conocidos que sus afamados caldos. Desde la linde burgalesa de los Obarenes hasta donde el Ebro se adentra en suelo navarro, y del valle a cimas que sobrepasan los 2.000 metros en la Demanda y los Cameros, la región donde un monje plasmó con su pluma los balbuceos del español asegura al visitante sensaciones auténticas. Como resume la campaña Eso que sientes es La Rioja, estamos ante un territorio 'con piel antigua y alma joven', que marida tradiciones ancestrales y vanguardia con el marchamo de la hospitalidad de sus gentes.

En este entorno hay rincones únicos por descubrir, como las minas de piritas de Navajún, que ansían coleccionistas de minerales de todo el mundo, y celebraciones que trascienden tiempo y fronteras, como la Batalla del Vino de Haro o el ancestral baile de los danzadores sobre zancos en Anguiano.

La Comunidad riojana está cerca y da para mucho. Su renombre como una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas del mundo exige liderazgo en enoturismo y en ese campo se abre todo un universo de experiencias y sensaciones, con recorridos por tres rutas del vino: Rioja Alta, Rioja Oriental y bodegas de Logroño. Y un paisaje de viñedo que en cada estación exhibe una paleta de color diferente y cautivadora.

La estación invernal de Valdezcaray atrae a esquiadores de varias regiones.La estación invernal de Valdezcaray atrae a esquiadores de varias regiones. - Foto: El DíaY La Rioja ostenta otro título, que como las etiquetas de su vino, traspasa fronteras. El proyecto Valle de la Lengua realza la relevancia internacional de los monasterios de Yuso y Suso, en San Millán de la Cogolla, Patrimonio de la Humanidad, donde se escribieron las Glosas Emilianenses. Y abre una ventana al futuro para impulsar el español en la nueva economía de la lengua. 

Pero el patrimonio histórico y monumental riojano guarda más sorpresas. A orillas del río Najerilla, el monasterio de Santa María la Real testimonia con su panteón real que la ciudad fue capital del reino de Nájera-Pamplona. Y en el coqueto cenobio de Valvanera, guardián de la patrona de la región, el viajero respira una atmósfera mágica de espiritualidad entre montañas.

La colegiata barroca de San Miguel, en Alfaro, da cobijo en sus cubiertas a la mayor concentración mundial de cigüeñas blancas en un edificio civil, y en Santo Domingo de la Calzada, hito del Camino de Santiago, el gallo y la gallina de la leyenda convierten a su catedral en el único templo con animales vivos en su interior.

Piedras, vino, vanguardia...

No todo son piedras y monumentalidad. La Rioja explora en la vanguardia, con citas ya consolidadas como el festival de culturas contemporáneas Actual, que abre el calendario español, o manifestaciones de distintos estilos, como los ciclos musicales MUWI y Fárdelej, la imagen y las artes plásticas (Concéntrico, Lovisual, Camprovinarte, Nace y Sculto) y el cine, con el certamen Octubre Corto o el programa La Rioja de Cine.

Gastronomía con ‘estrella’. Plato del restaurante Nublo, en Haro.Gastronomía con ‘estrella’. Plato del restaurante Nublo, en Haro. - Foto: La Rioja turismoSi hay que presumir de títulos, la gastronomía da también argumentos. Mesas y manteles de alta cocina colocan a la comunidad riojana como el territorio español con mayor concentración de Estrellas Michelin por habitante. Seis restaurantes (el biestrellado El Portal de Echaurren, Venta Moncalvillo, Ikaro, Kiro Sushi, Nublo y Ajonegro) reúnen siete estrellas de la famosa guía gastronómica francesa.

Bajo ese firmamento hay también una rica tradición culinaria que sublima en pucheros y brasas el producto de calidad y una inabarcable carta de rutas de pinchos, con la calle Laurel de Logroño y sus aledañas como referente mundial.

Quien prefiera sensaciones más intensas, puede convertirse en un paleontólogo ocasional en el parque de paleoaventura Barranco Perdido, en el territorio del mundo con mayor concentración de huellas de dinosaurios (más de 11.000 en 170 yacimientos), volar en globo o en avioneta, esquiar en Valdezcaray o lanzarse en tirolina en el parque de aventura Sierra de Cameros. 

Seis espacios naturales de la Red Natura 2000 y varios de sus valles declarados Reserva de la Biosfera dan mucho juego para el turismo activo y de naturaleza. La Rioja ofrece más de 650 kilómetros de itinerarios verdes, es un destino Starlight y tiene desde parajes alpinos y glaciares a estepas mediterráneas. Las posibilidades son inmensas: tres campos de golf, rutas de cicloturismo, paseos a caballo y la playa fluvial y los deportes acuáticos en El Rasillo son solo una muestra de posibilidades de un territorio con más de 200 alojamientos rurales para el descanso.

Más información, en la página web www.lariojaturismo.com 

Un destino, tres caminos

Hay varias regiones que pueden presumir de dar paso en sus territorios al Camino de Santiago, pero no todas están atravesadas por tres rutas jacobeas que conducen a tierras compostelanas. En La Rioja confluyen tres Caminos a Santiago: el Francés, el Jacobeo del Ebro y el Vasco de interior. El más largo y conocido, el Camino Francés, recorre la comunidad riojana durante 60 kilómetros en tres etapas y una variante con un ramal de 32 kilómetros para peregrinos que quieran sentir el pálpito histórico en la cuna de la lengua castellana, en los monasterios de San Millán de la Cogolla.