Editorial

Unos Presupuestos expansivos que apuntalan la legislatura en su recta final

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El Consejo de Ministros dio luz verde este martes a los Presupuestos Generales del Estado que afrontan su recorrido decisivo hasta su entrada en vigor, prevista en enero, una vez pasen por el Congreso de los Diputados y sean aprobados a finales de diciembre. El pacto entre Unidas Podemos y PSOE, sellado con la presencia de la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz y del presidente del Gobierno Pedro Sánchez, vino precedido de la tradicional escenificación de las diferencias entre ambos facciones. Una forma de marcar perfil propio en la negociación antes de emprender vías separadas hacia las urnas. Una liturgia del desencuentro a la que ayer se sumaban el resto de pilares del Ejecutivo como Esquerra, Más País, EH Bildu, PDeCAT o PNV. Camino despejado para la aprobación de las cuentas toda vez que estas formaciones cobren peaje y hagan valer su papel decisivo.

Con este paso, el Gobierno obvia la crisis para manda un mensaje de estabilidad política en tiempos de incertidumbre. Los visibles desacuerdos entre los socios de coalición, y su debilidad numérica, contrastan con su capacidad para cerrar unos nuevos Presupuestos, los terceros de la legislatura. Una herramienta que apuntala la recta final del mandato y que refrenda, al menos sobre el papel, la apuesta social del Ejecutivo ante un horizonte económico complicado (el propio Gobierno ha rebajado la previsión de crecimiento de la economía española para 2023 y ayer el banco de España adelantaba que su revisión económica hablará de desaceleración). En este contexto, se eleva el gasto en defensa en un 25% a pesar de las reticencias de Unidas Podemos pero se pone el foco, sobre todo, en el gasto social, que sube un 11%. Las cuentas incluyen una ayuda de 100 euros para madres con hijos de cero a tres años, mejoras en las prestaciones por desempleo, la subida de las pensiones un 8,5% en 2023 o el incremento del salario a los funcionarios. También se prorrogarán los abonos gratuitos de Renfe durante el próximo año.

La batalla fiscal e ideológica entre Gobierno y oposición no amaina, más bien se recrudece. Núñez Feijóo reprochó al Ejecutivo la ausencia de rebajas de impuestos a las clases medias y bajas y tildó los Presupuestos de "antisociales". Por su parte, Vox los considera "gastones". A nadie se le escapa que, en un año marcadamente electoral, el reparto de los dineros, la piedra angular y hoja de ruta de toda administración, tanto la estatal como la autonómica y local, puede jugar a favor del encargado de hacer números. De momento Sánchez no rentabiliza su desprendimiento económico en las encuestas. Tal vez por el horizonte poco claro de su acción de gobierno de la mano de los mismos socios con los que va a certificar, a buen seguro, los últimos Presupuestos de la legislatura.