Editorial

El reto de Sunak de unir a los británicos y de reconstruir alianzas con Europa

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Reino Unido se encamina a la toma de posesión de su quinto Primer Ministro en doce años (cuarto desde 2016) de mayoría conservadora con el propósito de dar estabilidad a sus cuatro naciones. En ese deseo expuesto por el hasta ayer aspirante a tomar las riendas del Gobierno británico y hoy ya confirmado para el cargo, Rishi Sunak, coinciden todos los mandatarios extranjeros, especialmente los europeos, con los que urge restablecer un escenario de relaciones cordiales y fructíferas para todas las partes. Nada será igual que hasta antes de 2016, cuando los ciudadanos británicos apoyaron la salida de la Unión Europea. A la vista queda que no ha sido por el momento una decisión que les haya reportado los beneficios pretendidos, más bien al contrario. El problema es que esa decisión soberana de los británicos en su política doméstica tuvo y ha tenido complicaciones internacionales que ni ellos ni el resto de Europa pueden seguir permitiéndose en un momento en el que el mundo parece estar empezando a escribir un nuevo capítulo en el libro de la Historia contemporánea.

La necesidad de acierto de los diputados tories con Sunak tras los escándalos de Boris Johnson y el fracaso político de Liz Truss es una evidencia. Con menor margen de maniobra para defender el estatus de gran potencia tras los graves errores de este lustro, el hecho de estar fuera de la UE no debería ser hoy, sin embargo, impedimento para su participación en el futuro económico y social de una Europa necesitada de que las grandes democracias lideren grandes desafíos inesperados, como combatir los extremismos que al calor del populismo afloran en muchos países del continente. Amén de la guerra en Ucrania con todas sus derivadas socioeconómicas y con el gran enigma acerca del camino que tomará Vladímir Putin en función del desarrollo del conflicto.

Europa y Reino Unido se necesitan de manera mutua en este momento delicado de la Historia y Sunak ha de gestionar con pragmatismo el liderazgo que devuelva a los británicos el papel que les corresponde en el concierto internacional. Durante los próximos seis meses, de frío e inflación, decenas de millones de europeos van a ver mermada su calidad de vida, un factor que suele desencadenar oleadas de protestas ciudadanas, el mejor caldo de cultivo para los radicales. Francia ya está en las calles, mientras que en Italia el nuevo Gobierno que une a la derecha clásica y a la extrema derecha habrá de decidir en días, con la ultra Giorgia Meloni al frente, si sigue alimentando el populismo, el racismo y otras fobias de su discurso o aplicar el sentido común.