Acción con aires soviéticos

Sara Borondo
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Una opera prima que pone al día de los shooters clásicos en una realidad alternativa

Acción con aires soviéticos

Se la ha llamado «el Bioshock soviético», y sin duda tiene elementos que recuerdan a la obra de Irrational, pero Atomic Heart (PC, PS5, PS4, Xbox Series X|S y Xbox One) también bebe directamente de Doom, Wolfenstein y demás shooters clásicos y hasta de Grand Theft Auto. De hecho, el juego comparte con este último el tono paródico, pero aplicado al ideal soviético en lugar de al capitalismo estadounidense.

Lo primero que llama la atención de la primera obra de Mundfish es la ambientación, a mediados del s. XX en una línea temporal alternativa en la que la Unión Soviética se impuso cultural y tecnológicamente -gracias a la robótica-, un mundo que muestra toda la parafernalia propia del régimen y en el que hay robots por doquier que se dedican a ayudar al ser humano. La convivencia es tan estrecha que está a punto de comenzar una especie de fusión mental en la que las personas controlarán a las máquinas con el poder de su mente a través de la Red Neuronal Kollectiv.

En este mundo aparentemente feliz pero en el que los avances tecnológicos no tienen freno ético y algunos científicos han llevado a cabo experimentos secretos, Sergey Nechayev, el agente P-3, tiene que lidiar con robots que se han convertido en violentos asesinos y con inteligencias artificiales que funcionan mal y descubrir quién está detrás de esta rebelión de las máquinas.

Acción con aires soviéticosAcción con aires soviéticosEn la jugabilidad Mundfish toma elementos de distintos géneros y resuelve muy bien cómo los utiliza y combina. El protagonista debe gestionar la munición, porque no irá sobrado de balas, e incluso tiene algunos toques de sigilo en la zona de mundo abierto. El principal elemento diferenciador del juego es un guante que habla y que el agente P-3 utiliza para los puzles (muchos opcionales, para mejorar las armas) y para combatir con ataques que irá mejorando con distintos poderes a lo largo del juego -lo que incorpora un elemento de rol-, de modo que al final tendrá habilidades realmente potentes y podrá realizar una gran cantidad de daño.

Un punto que hay que destacar aquí es la traducción al español por lo acertada que está. La naturalidad de las expresiones en los momentos más intensos es totalmente oportuna y contribuye a potenciar el aspecto más desvergonzado del juego. 

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Los primeros vídeos que se hicieron del juego provocaban más de un levantamiento de ceja, ¿era en serio o se trataba de una parodia?, ¿iba a ser un bluf o un gran juego? El producto final de Atomic Heart es de una calidad cercana a una gran producción, lo que tiene más mérito teniendo en cuenta que no lo es y que se trata de una opera prima y una nueva propiedad intelectual. Le falta todavía algo de seguridad para definir su camino, aunque el que mejor consigue es la caricatura extrema, que lo mismo despierta una sonrisa en el jugador que le hace revolverse con algo de incomodidad. Son unos buenos cimientos sobre los que construir una serie y una muestra de que la productora Focus está teniendo buen ojo en su etapa actual.