Sin alcanzar las subidas de otras comunidades autónomas, el alquiler de la vivienda en La Rioja batió el año pasado máximos históricos, y situaba a final de 2022 el precio por metro cuadrado en 7,2 euros, después de haber anotado una subida interanual del 6%. A falta de un registro oficial, según recoge el portal inmobiliario idealista.com, los precios llegaron a alcanzar precios más elevados en julio y en septiembre, hasta los 7,4 euros por metro cuadrado, por debajo, no obstante de la medida nacional, donde los alquileres se situaban en 11,4 euros/m2 al mes, tras experimentar un incremento anual del 8,4%.
En el caso de Logroño, que está lejos de los aumentos del 23,4% de Alicante, el 20,7% de Málaga, el 20,9% de Valencia o el 13,8% de Teruel, la subida a fin de ejercicio fue del 6,8%, la más elevada desde el cierre de 2019 . A pesar de ello, los alquilares alcanzaron en diciembre su segundo precio más elevado de la historia, a 7,6 euros/metro cuadrado, solo por detrás del 7,7 de septiembre y octubre,para situar la renta de un piso de 90 metros a finales de 2022 alrededor de 700 euros. La zona del casco antiguo marcó los precios más elevados, a 8,8 euros el metro cuadrado; por delante de los 8,1 de Cascajos, que tiene el último dato contabilizado en noviembre.
En ambos casos, el crecimiento de los precios del alquiler está por encima del incremento de la inflación, que a finales de año fue del 5.8%, tras moderar su subida en los últimos meses del año. Igualmente, superó el aumento de la vivienda nueva que, según la Sociedad de Tasación, fue del 3,9%, el menor del país, para dejar el metro cuadrado en 1.543 euros frente a los 2.732 de media nacional.
No hay pisos. Óscar Martínez Solozábal, presidente de la Asociación de Profesionales Expertos Inmobiliarios, constata que la subida del precio del alquiler obedece a la existencia de mayor demanda [el lunes su inmobiliaria recibió 106 llamadas interesándose por esta modalidad] que oferta, una circunstancia que, entre otros factores, obedece a las medidas del Gobierno sobre el arrendamiento, como la limitación de la subida al 2% o la prórroga del alquiler, que disuaden a los propietarios de ponerlas en alquiler. «No hay seguridad jurídica», afirma el experto inmobiliario, que explica que, en caso de desahucio, el dueño de la vivienda debe hacerse cargo de los costes del estado de la vivienda o el abono del gas o el agua si no paga el arrendatario. Además, explica, muchos propietarios son ciudadanos «que alquilan una viviendas y están pagando el alquiler de otra» que, ante estas circunstancias, prefieren ponerla a la venta.
Hay, además, poca vivienda social por lo que encontrar una a menos de 500 euros «es muy difícil», y a menos de 300, «imposible». Si hay mercado para los pisos de precios más elevados, sobre los 800 euros, aunque las exigencias de los propietarios para alquilar son cada vez más abultadas.