El campo se seca, y los cultivos de secano poco tienen que hacer ante el déficit hídrico que se está viviendo este año en la región. Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología confirman que este inicio de año en La Rioja está siendo el más seco de los últimos 30 años, pero es que febrero ha cerrado como el febrero más seco de la historia en la región. Y, aunque en diciembre llovió por encima de la media, y el agua embalsada en los pantanos tenga sus reservas sin problemas, el campo y los cultivos como el almendro están viviendo tiempos críticos, también el cereal, aunque los productores de este último son más optimistas. 

Tras un enero cálido y muy poco lluvioso, el más seco de los últimos 30 años ha llegado el febrero más seco, si bien, como explica el delegado territorial de la Aemet, José Antonio Pellitero,  el  año agrícola (precipitación desde el 1 de septiembre) no va mal porque «en el valle del Ebro ha llovido por encima de lo normal entre el 100 y 125%, aunque en la Ibérica ha ido por debajo». Pero el año hidrológico (desde el 1 de octubre) «está peor,  el valle del ebro está entre el  65 y el 100% de precipitación y la ibérica entre el 75 y el 100%». 

El invierno climatológico, es decir, lo que los meteorólogos llaman a diciembre, enero, febrero ha acabado con un déficit del 30% de agua (a pesar de que diciembre tuvo un superávit de agua del 30%).  Cierto es que no hay que irse tan lejos para encontrar un invierno así, el de 2020 fue parecido. «Pero no ha habido un febrero en toda la historia en Agoncillo, y hay cifras desde 1948, con menos precipitación, 1,6 litros. «Esto nos recuerda a la sequía que hubo con restricciones de agua entre 1991y 1996 en la Península». El meteorólogo da otros datos como que en Alfaro no ha llovido nada en todo el mes, lo que no pasaba desde 2010. O que en Nájera ha llovido solo 2,4 litros, lo más bajo desde 2010. 

En cuanto a las temperaturas, las máximas han estado todos los días, salvo uno, por encima de la media. Lo que ha hecho también adelantar las floraciones, pero, lo peor para los agricultores es que las previsiones para marzo, abril y mayo son de temperaturas por encima de lo normal y también de menos lluvia de lo normal. A lo que hay que añadirle que aún puede helar. «Hay riesgo de heladas para este mismo domingo».

Lo que aún golpearía más al almendro. «Están ahora en la máxima floración, en concreto las variedades de largueta y marcona, y si no llueve, pues, «directamente no habrá cosecha», explica Noé Pérez, productor de frutos secos de UAGR. Es más, los expertos en este cultivo son conscientes de que aunque llueva, la producción va a ser mínima, y se va a poder salvar poco, porque si ya ha habido menos flor por la falta de agua, cuando llegue el fruto, «el árbol tirará el almendruco». «Eso si no hiela mientras está la flor que entonces nos quedaremos directamente sin cosecha». «Llevamos mucho tiempo sin agua y el almendro no tiene la reserva hídrica que debería tener». 

A esto se suma, explica Pérez, que el precio además está estancado, mientras los costes de la producción se están disparando, como el gasóleo de las máquinas y tractores, los abonos, o los fitosanitarios. Por lo que prevén que, como ha ocurrido en otros años, buena parte de la almendra se quede en el árbol y no se coseche, al menos en secano.

Desde Asaja, indican que respecto al almendro, hay que tener en cuenta que el agua es la principal limitación productiva porque influye en el cuajado y en la posible caída del fruto de abril y mayo. De ahí que en muchas zonas el almendro «esté sufriendo estrés por la sequía y le afecte a la floración».

Tercer cultivo en extensión

El almendro es hoy el tercer cultivo más importante en La Rioja en extensión, por detrás del vino y del cereal, pero en facturación se encuentra entre los 15 primeros cultivos riojanos, de los alrededor de 90 que se producen. Según los datos del servicio de estadística del Gobierno de La Rioja, en 2021 había 10.057 hectáreas de almendros, una superficie que no había desde 1999. De hecho, se recogieron 4.941 toneladas, no se cosechaba tanta almendra desde 2006. Pero cierto es que en secano, de las 8.924 hectáreas solo se producen 5.415, el resto está abandonado o semiabandonado, porque no salen las cuentas.  La rentabilidad en regadío es casi tres veces mayor que en secano, y según los últimos datos se recogieron las almendras de 751 de 1.133 hectáreas de regadío (no se recogen más por ser aún árboles pequeños).

El cereal aún se puede salvar.

En cuanto al cereal, el presidente de UAGR, Óscar Salazar, considera que a la sequía hay que sumarle el daño que hace el  hielo «cuando hay humedad es buena, pero con la sequía hace daño». Explica que en Rioja Alta se puede salvar el cereal si llueve. Yque la guerra de Ucrania «y con los precios a los que se están poniendo los fertilizantes, a un 200% más, va a ser imposible sembrar, Ahora hay que echar el nitrógeno, si no se echa, no cosechamos». «Este año no vamos a abandonar el cultivo, pero al año que viene mucha gente se lo planteará porque no se van a cubrir ni los gastos de producción. Y no hay que olvidarse de que, las materias primas agrarias son la base de la alimentación».

Desde Arag-Asaja su secretario general, Igor Fonseca, indica que las cebadas alternativas sembradas en enero y febrero están teniendo muchas dificultades de implantación debido a la escasa presencia de agua. Además, las intensas heladas han ahondado en los problemas de escasez de agua ya que ha alterado la estructura del suelo, ahuecando el sistema radicular provocando cuantiosas pérdidas de planta.

Pero a la sequía, explica Fonseca, se añade la casuística del incremento cada vez más acusado de los carburantes, de los fitosanitarios, «también podemos hablar del daño de los conejos en cientos de hectáreas de cereal».