Peregrinos extranjeros animan el Camino tocado por la pandemia

C.S.
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Turistas europeos, estadounidenses y coreanos vuelven a hacer la Ruta Jacobea y ayudan a mejorar una temporada que en La Rioja ha flojeado durante el verano por el calor extremo

Dos peregrinos de origen asiático completan la Ruta Jacobea a su paso por La Rioja. - Foto: óscar Solorzano

Los peregrinos han vuelto este año al Camino de Santiago con más fuerza que en el último bienio, especialmente los de origen extranjero. De hecho, son los que están ayudando a remontar este mes de septiembre una temporada que arrancó con buenas cifras, pero que en verano flojeó a consecuencia de los episodios reiterados de calor extremo. 

«Este año ha habido muchos más peregrinos extranjeros que nacionales», afirma el presidente de la Asociación Riojana de Amigos del Camino de Santiago, Juan Cruz Cabrito, que atiende los albergues municipales de Logroño y Navarrete. La mayor parte de los visitantes que han recorrido el tramo riojano de la Ruta Jacobea son europeos (franceses, italianos y alemanes, principalmente), aunque este año han regresado los turistas estadounidenses y coreanos. 

«En septiembre se ha hospedado un porcentaje muy elevado de coreanos, que les han dejado salir del país hace cuatro días», expresa, por su parte, el responsable del Albergue de Peregrinos San Saturnino de Ventosa, Enrique Valentín, que valora el retorno a su alojamiento de clientes norteamericanos y sudafricanos tras el parón de la crisis sanitaria.  

Lo que sí es un hecho es que la actividad prácticamente se ha recuperado, aunque las cifras aún están por debajo de las registradas el año 2019 previo a la pandemia. «El año no ha sido malo pero no como en prepandemia», según Cabrito. Una opinión que también comparte el secretario de la Cofradía del Santo que gestiona al albergue de Santo Domingo de la Calzada, José Luis Ollero: «Las cifras son buenas aunque aún están por debajo de los años previos a la pandemia». 

Como es habitual, los meses de mayo y septiembre son los que más afluencia de peregrinos registran a diferencia de la temporada estival. Este año la realidad no ha diferido respecto a otros ejercicios, siendo el mes de abril, con la Semana Santa de por medio, y mayo «buenos»;  junio «regular» , al decaer la actividad, y julio y agosto «malos», coincide el sector.

La remontada se ha producido en septiembre, que aunque suele ser un mes que acostumbra a contabilizar buenos datos de afluencia y pernoctaciones, en esta ocasión ha sido mejor de lo esperado en comparación al ecuador del verano. No obstante, los datos, aunque se aproximan a los de 2019, aún no han conseguido igualar los de los caminantes alojados en los albergues riojanos. 

Es el caso del albergue municipal de Logroño, que no ha llegado ningún día a completar sus 68 plazas, aunque sí han pernoctado medio centenar de peregrinos de media al día. «Antes de la pandemia, en temporada alta, el albergue de Logroño se llenaba todos los días, ahora no, hemos llegado a los sesenta algún día, que no es mal número, pero no como en prepandemia», explica Cabrito, quien matiza que, pese a ello, se han superado las previsiones iniciales. «Pensábamos que iba a ser flojito y ha sido bueno», subraya.

previsión para otoño.Ahora la mirada está puesta en  el último trimestre del año, cuando decae la llegada de peregrinos que se animan a recorrer el Camino de Santiago por el cambio de la climatología, reconoce Cabrito. Aguarda octubre con incertidumbre pero se muestra optimista: «creo que lo salvaremos». El secretario de la Cofradía del Santo también mantiene un buen pronóstico respecto a este mes por el número de reservas que ya tiene el albergue de Santo Domingo de la Calzada. 

No obstante, el presidente de la Asociación Riojana de Amigos del Camino de Santiago ve «imposible» que  ahora se recuperen las cifras prepandemia por mucho que este último trimestre mejorasen los datos. En primer lugar porque en todo el 2019 el albergue de Logroño registró 12.100 pernoctaciones y hasta el 26 de septiembre de este año hubo 8.639. Al respecto, cree que «siendo optimistas», de aquí a final de año llegarán dos mil personas más, lejos de los 4.000 que igualarían los datos.