Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Los militares ganan puntos

13/10/2021

Los abucheos a Pedro Sánchez no son noticia: se repiten año tras año desde que es presidente, la noticia habría sido que no se escucharan al llegar y marcharse del Paseo de la Castellana. El presidente de gobierno tiene el más alto concepto de sí mismo y se le nota, pero una gran mayoría de los españoles no pierden ocasión de expresarle su rechazo en cuanto aparece en público. No se prodiga mucho, solo en actos oficiales. Y probablemente tampoco se prodigará el día que deje el gobierno, porque sabe a qué se expone.

Lo más reseñable del Día de la Fiesta Nacional es el respaldo y la admiración creciente de los españoles hacia sus Fuerzas Armadas, que durante el desfile se visualizó con aplausos y vítores pero que además lo recogen unánimemente los análisis sobre las tendencias sociales. No es casual que Margarita Robles sea la ministra más valorada: no interviene en el irritante debate político que se vive en el seno del gobierno por las diferencias de criterio de los miembros de la coalición, sino que dedica todo su tiempo a luchar para que los militares españoles demuestren toda su capacidad profesional, que es mucha. No solo desde el punto de vista estrictamente técnico, sino también por su lealtad a España por encima también del debate político, y su cercanía a los problemas de los ciudadanos.

El trabajo de la UME en ese sentido ha sido emocionante y de una eficacia que ha superado cualquier prueba de peligrosidad que se les ha presentado, como han demostrado durante la espantosa pandemia y últimamente en La Palma. Más el temporal de nieve causado por Filomena o, en otro plano, el impecable plan de evacuación de los españoles que se encontraban en Afganistán y sobre todo de los afganos que necesitaban salir cuanto antes de su país porque se jugaban la vida al haber colaborado profesionalmente con el personal español destinado en Afganistán.

Todo eso ocurre además con un gobierno en el que varios de los ministros hacen alarde de antimilitarismo, no pierden en ocasión en prohibir su presencia en actos públicos, como hace la alcaldesa Colau, por ejemplo, y desprecian símbolos que son importantes para la mayoría de los españoles y por los que la milicia da la vida si hace falta.

Miles de jóvenes españoles se preparan para superar las pruebas que les permiten entrar en las academias militares. No hay más que hablar con ello para comprender que no les mueven intereses económicos, sino afán de servicio a su país. Un afán de servicio provocado por la admiración que sienten hacia unos ejércitos que han dado lo mejor de sí mismos cuando su país los ha necesitado. En misiones humanitarias o de riesgo, siempre dando un paso adelante.

Se comprende que el Día de la Fiesta Nacional los aplausos a los hombres y mujeres que desfilaban fueran tan sinceros, entusiastas e insistentes.