Verde que te quiero verde

Feli Agustín
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Alberto Falces, profesor de ingeniería de la UR, califica al hidrógeno verde como buen almacenador, que necesitauna fuente principal para generarlo y es difícil de trasladar, de ahí la duda de la utilidad del tubo Portugal- Francia

Alberto Falces, profesor de ingeniería de la Universidad de La Rioja. - Foto: Óscar Solorzano

Se comporta como una batería enorme, que permite almacenar mucha energía, pero sí o sí necesita una fuente principal para producirlo». Alberto Falces, profesor de ingeniería técnica de la Universidad de La Rioja, resume así la naturaleza del hidrógeno verde y ejemplifica su definición en el caso de los coches de hidrógeno, que permiten recorrer grandes distancias con una carga rápida. 

Considera que la mejor manera de sacarle rendimiento es producirlo en el mismo lugar donde se va a utilizar en vez de trasladarlo a grades distancias. ¿Yel corredor de hidrógeno verde que planean Portugal, España y Francia? «Plantea muchas incertidumbres», señala Falces.

¿Qué es el hidrogeno verde? Es un vector energético, gas inodoro e incoloro, con mucha energía  por unidad de masa. Es verde porque se obtiene a partir de fuentes renovables.¿Qué le diferencia del gas natural? El gas es una fuente de energía, mientras que el hidrogeno verde no lo es, de ahí su denominación de vector energético. ¿Para qué sirve? El profesor destaca su gran utilidad para  almacenar grandes cantidades de energía. ¿Cómo? Falces pone como ejemplo la eólica sobrante, «cuando sopla mucho viento puede convertirse en hidrógeno verde».

¿Cómo se produce? Se necesita agua, electricidad y una fuente de energía renovable. ¿Se pueden utilizar otras?Sí, pero no sería tan medioambientalmente sostenible.

¿Tiene ventajas medioambientales? Sí, si se produce con fuentes renovables, eólica, hidráulica o solar. Como se ha generado con energías que no desprenden CO2, cuando se vuelve a utilizar, el resultado es vapor de agua, que no genera efecto invernadero.

¿Alguna desventaja? El inconveniente del hidrógeno es  el coste, porque es una tecnología que necesita platino; a día de hoy, las células del combustible son caras.

¿Cómo se transporta? A través de tubos como los gaseoductos, una técnica que en la actualidad se encuentra en periodo de ensayos, o en tanques a presión. También en barco, para lo que es necesario licuarlo, lo que requiere una temperatura inferior a 200 grados bajo cero. ¿Qué implica? Es un  gas que se fuga por lo que es complicado trasladarlo a grandes distancias.

¿Es rentable? No, si se genera con energía de la red. Cada 100 watios que se usan de energía eléctrica, solo 60 generan el hidrógeno; el resto se volatiliza en forma de calor. «Se pierde energía al realizar el proceso», explica el profesor, que añade que «ayudaría muchísimo a aprovechar mejor las energías renovables».

¿Y el tubo Portugal- Francia?  Alberto Falces opina que no es la mejor solución. «El hidrógeno lo veo más apropiado para utilizarlo donde se produce», afirma el profesor de ingeniería, que estima que es un «error» trasladarlo a grandes distancias, al tratarse de un gas muy volátil, «que se pierde enseguida». 

¿Qué propone? Asociar a cada parque eólico o centro de consumo, como las ciudades, un sistema de conversión de energía y almacenamiento de hidrógeno, de tal manera que se utilice cerca de donde se consume.

¿Tiene otros usos?  Sí, el hidrógeno verde se estudia para producir combustibles sintéticos, como etanol o metanol. ¿Qué ventajas ofrece? Al encontrase en estado líquido son mucho más fáciles de transportar.

¿Es energía del futuro? El ingeniero lo contempla como una opción de futuro, aunque recuerda que para producirlo necesita una  fuente de energía principal. Señala, eso sí, que ayuda a mejorar a integrar las renovables intermitentes, como la eólica.