Historia de una escalera

Ana Torrecillas
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Una riña entre vecinos en una urbanización de Uruñuela termina con dos personas heridas y una tercera en los juzgados. Un conflicto que viene de atrás entre dos familias cuyas viviendas están separadas solo por una pared

Imagen de los juzgados - Foto: Ingrid

Una vez pasada la ermita de nuestras Señora del Patrocinio de Uruñuela, comienza una de  tantas urbanizaciones de esta pequeña localidad de menos de 1.000 habitantes. Son viviendas unifamiliares, idénticas unas a otras y separadas tan solo por una pequeño muro y una escalera. Una zona tranquila del municipio que el pasado sábado vivió uno de los momentos más convulsos que los vecinos recuerdan y que motivó la intervención de la Guardia Civil para poner fin a una riña entre vecinos que había subido el nivel de los habituales reproches de un conflicto vecinal al uso. 

La discusión comenzó en la noche del sábado por causas que se desconocen, entre S.M.A, de 33 años de edad,  y los dos vecinos de la vivienda contigua de 65 años aproximadamente. La riña vecinal se trasladó al exterior de las dos viviendas, separadas por una pared baja. Las dos personas mayores denunciaron haber sido golpeadas por su vecino lo que le provocó a uno de ellos una fractura de nariz y a la otra persona, varias lesiones en la cabeza. Por ello, la Guardia Civil detuvo a S.M.A el pasado lunes y trasladado a los juzgados a la espera de la vista con el juez. El magistrado decidió su puesta en libertad con la prohibición de comunicarse con las dos personas presuntamente agredidas. Según confirmó fuentes judiciales a este periódico, el juicio se celebrará el próximo mes de junio.

Versiones contradictorias. Sin embargo, este conflicto parece que viene de atrás y que los problemas no comenzaron en la noche del sábado. Este periódico pudo hablar con S.M.A, cuando se encontraba en su vivienda y se manifestó en contra de las versiones que, según asegura, han contado sus propios vecinos. El presunto agresor niega que se produjera ningún ataque físico, sino un enfrentamiento verbal y que, en un momento dado se produjo un forcejeo en el que pudo ser lesionado uno de sus vecinos.

El vecino de 33 años asegura que lleva presentadas varias denuncias en el Ayuntamiento de Uruñuela contra sus vecinos -sin especificar el motivo de las mismas- y afirma que éstos «han fabulado» los hechos de la supuesto agresión por la que será juzgado en verano. 

Mientras el tiempo que dura la conversación, en la otra vivienda no se produce ningún ruido que denote la presencia de los vecinos en su interior. Sin embargo, una vez que el otro vecino decida dar por terminada la conversación, la puerta del garaje del chalet contiguo se abre parcialmente. Una mujer sale del mismo y asegura que los propietarios «se encuentran muy mal, lo están pasando fatal» y evita hacer más declaraciones. 

Lo ocurrido en Uruñuela no es una situación extraordinaria. Los conflictos vecinales están a la orden día: disputas por el volumen de la música o por ruidos molestos que se escuchan a través de las paredes, problemas por la tenencia irresponsable de mascotas, uso de estacionamientos, morosidad, desencuentros a la hora de hacer una reforma...etc. Existen multitud de motivos o excusas para no llevarse bien con el vencidario. Cuando la situación se descontrola y los desencuentros van a más se puede llegar a producir casos de acoso vecinal, también conocidos como 'blocking'. 

De hecho, según la OCU, los conflictos vecinales aumentaron un 82% durante el estado de alarma. Y en  algunos municipios, existe la  figura del mediador vecinal para solucionar estas disputas y evitar que terminen en los juzgados, como en el caso de Uruñuela.