Una brecha salarial del 23% frena el reto de la igualdad

Gustavo Basurto
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La pandemia agrava el desempleo entre las mujeres y obliga a celebrar un 8M reivindicativo pero sin manifestaciones

Mujeres por el centro de Logroño. - Foto: Óscar Solorzano

El 8M más atípico se celebra este lunes sin manifestaciones en las calles, pero con motivos más que suficientes para mantener viva la reivindicación de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. La pandemia no solo impide reclamar esa lucha por la igualdad de forma masiva este Día Internacional de las Mujeres, sino que ha agudizado algunos de sus problemas, como el desempleo femenino, que ha crecido en los últimos meses, o los factores de riesgo de la violencia de genero, avivamos por los momentos de confinamiento doméstico. 

En una jornada para el balance de lo conseguido, las cifras avalan que el camino por la equiparación real de derechos entre sexos tiene aún un buen trecho por recorrer. 

Uno de los indicadores, el salarial, que tiene mucho que ver con la independencia económica, evidencia ese desequilibrio. La brecha salarial, la diferencia del sueldo medio de hombres y mujeres, es del 22,7% en contra de las trabajadoras, que cobran de media 19.770 euros brutos al año, cuando el salario medio masculino es de 25.593, es decir 5.822 euros más (con datos de 2018, últimos disponibles). Lejos de mejorar, la brecha se ha agrandado en 1,2 puntos y en 356 euros en un año.

 «Las mujeres y los hombres no estamos en la misma posición social. Las políticas de igualdad son más necesarias que nunca, ya que la pandemia amplifica las desigualdades de género», opina la directora general de Igualdad del Gobierno de La Rioja, Diana Sáinz. 

Más paro, menos empleo. Uno de los ámbitos en el que salen peor paradas las mujeres es el laboral. La Encuesta de Población de Activa (EPA) de 2020 refleja una tasa de empleo femenina en La Rioja inferior en 11,1 puntos a la masculina (46,7% frente al 57,8%). Por si fuera poco, con respecto a 2019, ese índice disminuyó 3 puntos, mientras que entre los hombres aumentó un 0,1%. También se resintió la tasa de paro, 3,2 puntos mayor la femenina (12,5% por 9,3% en los hombres), con un aumento de 2,8 puntos en un año, mientras que la masculina ha descendido un 0,9%.

Otro indicador que determina el desequilibrio en los ingresos entre sexos es el tipo de jornada laboral. Los contratos a tiempo parcial solo  suponen el 5% de la población activa masculina en la región, y se disparan al 26,5% entre las mujeres. 

Y la pandemia no ha hecho más que empeorar las cosas. En los últimos meses, el paro femenino se ha cebado con la hostelería (75,6% en diciembre), actividades administrativas (61,1%), comercio (69,3%) e industria manufacturera (50,3%), sectores con notable presencia de mujeres. En febrero, el paro fue femenino en un 59,02% (11.866) del total, frente al 40,95% de hombres (8.229). 

Tampoco el emprendimiento  femenino logró avances en 2020, con solo el 29,5% de la población ocupada empresarial.

La presencia de mujeres en ámbitos de poder sí ha ganado enteros en las últimas décadas en la política, por ejemplo, pero la batalla de los roles típicamente femeninos está por ganar. En casa, por ejemplo, las mujeres tienen 56 puntos de probabilidades más que los hombres de encargarse de las tareas domésticas y culinarias. 

La educación ofrece datos más halagüeños, pero que hay que interpretar. El Índice de Igualdad de Género calcula que las mujeres tienen un 29,4% de posibilidades de graduarse en la universidad, por encima de los hombres (27,7%).

Pero «las carreras siguen teniendo género». Son palabras de la directora general de Igualdad, que destaca que el número de catedráticos e investigadores sigue primando a los hombres, y persiste la segregación en el tipo de estudios, con las mujeres más presentes en carreras vinculadas a lo social, los cuidados y la salud, y solo un 30% de universitarias en las científicas. 

Ante este panorama, no faltarían argumentos para salir a la calle para reivindicar más igualdad. Sin embargo, el peligro sanitario de las aglomeraciones exige prudencia. La Plataforma 8 de Marzo ha organizado para hoy una concentración en El Espolón logroñés, pero limitada solo a personas convocadas, por lo que solicita a los ciudadanos que no acudan a este acto.