Darío vuelve a dejar huella en el mano a mano

M. A. G-S.
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El riojano, pese a su eliminación en la liguilla de cuartos, convence con sus prestaciones en la modalidad más exigente

Darío Gómez derrotó por 22-10 a Elezkano en el Adarraga. - Foto: Óscar Solorzano

Darío Gómez (Ezcaray, 1996) descansa tras un Manomanista de lo más exigente del que se despidió este martes en el frontón Urbeltz. Legazpi celebró su último día festivo pero, al final, quien festejó fue Zabaleta que en un durísimo encuentro superó por 22-14 al riojano. El marcador dejaba fuera de la lucha al delantero de Aspe mientras que acerca al zaguero a las semifinales, ronda que alcanzará si derrota el sábado en el Atano aAltuna. Si el delantero de Amezketa, ausente desde su victoria ante Darío (22-19), suspende, el de Etxarren avanzará ronda.

Aspe, por su parte, confirmaba esta mañana un secreto a voces. Darío causa baja para la intrascendente cita sabatina del Labrit. El riojalteño no tenía opciones mientras que el de Arbizu está ya clasificado como primero del Grupo A. En este contexto, no tiene sentido que el ezcarayense fuerce. En Legazpi jugó tocado aunque como él mismo explicita «no es excusa porque Zabaleta me sacó a pelotazos del partido».

Independientemente de estas dos últimas derrotas, el campeonato realizado por el riojalteño es digno de elogiar. Así lo entiende Inaxio Errandonea, director comercial de la promotora eibarresa: «Estamos gratamente sorprendido con sus prestaciones. Ha demostrado un alto nivel en el mano a mano».

Errandonea es consciente que el periplo emprendido por el ezcarayense ha sido el más exigente de los doce aspirantes a la txapela. «Estamos obligados a hacer previas porque nuestro cuadro es muy potente», lamenta el ex pelotari de Bera de Bidasoa. «Además estábamos condicionados por el desarrollo de las semifinales y finales del Parejas. Peio Etxebarria, campeón del Manista de Segunda, tuvo que jugar una previa pero si Elezkano hubiera alcanzado la final, hubieran sido dos», analiza. «Darío Gómez ha tenido que jugar tres previas, pero tanto Elordi como Peio y Danel se merecían una oportunidad», justifica.

El 20 de marzo, en el Astelena, Darío Gómez superó por 22-6 a Elordi, al que ya derrotó en la final del manista de Segunda el 25 de mayo de 2019.

Fue la primera criba superada por el ezcarayense que el 27 de marzo derrotó en el Adarraga a Danel Elezkano por un claro 22-10.

El 10 de abril, en Oñati, dejó en dos a Peio Etxebarria,  reservando de esta forma un billete para el cuadro final del Manista en el que se citó, en octavos de final, con Urrutikoetxea.

El Viernes Santo, en Labastida, arrasó al campeón vizcaíno, que solo pudo hacer cinco tantos.

Esta victoria le abrió las puertas de la liguilla de cuartos de final, quedando encuadrado en el grupo de la muerte. El calendario quiso cruzarle el 24 de abril con el actual campeón, un Jokin Altuna que dio la vuelta a un 13-19 para acabar imponiéndose por 22-19. El duelo fue tan exigente que el guipuzcoano aún no se ha repuesto.

El martes disputó su sexto mano a mano en 45 días, es decir, un encuentro de exigencia máxima cada nueve jornadas. En cifras, su Manista se resume en cuatro victorias, dos derrotas, 121 tantos a favor y 67 en contra. Eso sí, su juego trasciende estos datos tan asépticos.

El pelotari tiene por delante un mes para recuperar las manos antes de que comience el verano pelotazale.  Es difícil aventurar cuál va a ser el rol del riojano «porque el día a día marcará un verano que aún no tenemos ni organizado», apostilla Errandonea. En diciembre, además, expira su vinculación contractual con Aspe. Hablar de renovación es «pronto» porque «la situación, no solo de la pelota, es volátil».

A la espera de estelares de enjundia, Darío Gómez se ha  ganado el respeto de los aficionados y de sus compañeros. En su debut en el manista de Primera alcanzó las semifinales. El pasado año cayó a las primeras de cambio con Zabaleta (22-5). Ahora no ha pasado de la liguilla de cuartos, aunque su juego y su pundonor sí que ha trascendido.

«Hay que darle una vuelta». Errandonea se muestra muy sastifecho por el nivel del actual manomanista, especialidad «durísima y dramática». Pese a la dureza del formato de liguilla, entiende que «es hermoso que los aficionados puedan ver a los mejores en esta modalidad tan exigente». Eso sí, tras las suspensiones de Altuna yDarío reconoce que «hay que darle una vuelta al formato porque son partidos agónicos».