Mucho más que jóvenes y voluntarios

R. Muro
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Borja y Joaquín son dos de los cien técnicos de Cruz Roja que atienden los actos de San Mateo. «A veces, además de atender una intoxicación etílica, hay que gestionar el entorno»

Dos voluntarios de Cruz Roja La Rioja en la plaza del Mercado durante las fiestas de San Mateo, en una imagen de archivo. - Foto: Ingrid

Quizá puedan pasar desapercibidos entre la multitud que asiste a los diferentes actos de fiestas, sin embargo, se vuelven imprescindibles en el momento en que pasa algo. Alrededor de cien voluntarios de Cruz Roja se encargan estos días de cubrir las principales citas de San Mateo, fundamentalmente las que cuentan con una mayor afluencia de público. El pisado popular celebrado el pasado lunes les rindió un merecido homenaje por su trabajo con los más vulnerables.

Borja y Joaquín, dos técnicos de emergencias voluntarios de 29 y 26 años, se ocupaban en la mañana de ayer de atender el puesto de Cruz Roja situado en la plaza del Mercado, coincidiendo con las degustaciones de la Semana Gastronómica de fiestas. De hecho, durante estos días rotan entre lo que  la organización denomina dispositivos de riesgo previsible, o dicho de otra forma, entre los actos más multitudinarios. 

Borja inició la jornada del lunes en las vaquillas, acudió después al puesto de la plaza del Mercado mientras se desarrollaban las degustaciones y pasó la tarde en el ferial. Ayer martes, de las degustaciones de la céntrica plaza logroñesa se trasladó a los toros. «A veces se hacen jornadas de más de ocho horas aunque se suele compensar con otras más cortas», relata este joven de 29 años que además de voluntario también trabaja  al servicio de las emergencias. 

También están presentes en los toros, en los conciertos, en los fuegos artificiales en incluso en la plaza del Mercado por la noche. Estos días cuentan con el apoyo de las ambulancias de Arnedo, Alfaro y Haro con el objetivo de ofrecer la cobertura necesaria en los puntos de riesgo. Además, «si pasa algo cerca de donde estamos también nos desplazamos». 

En cualquier caso, el acto «que más preocupa es el cohete», asegura Joaquín. «El segundo día de fiestas hubo más atenciones pero fueron más graves las atendidas el primer día, dentro de que ninguna fue excesivamente grave». Joaquín es de Bilbao y llega a Logroño estos días para ayudar en los dispositivos «y también por disfrutar algo de la fiesta». 

Hay una notable diferencia entre las atenciones realizadas de día y de noche. «Por el día se atienden más mareos o algún corte de gente ya de cierta edad». Sin embargo, «por la noche se atienden otro tipo de mareos, vamos, intoxicaciones etílicas, además de heridas y fundamentalmente a gente joven», aclara Borja. La gente que acude a los puestos llega con absoluta amabilidad aunque «cuando llega alguno con síntomas etílicos -relata Borja- los amigos suelen estar nerviosos, no agresivos, pero si preocupados y nerviosos», insiste. «En estos casos «tenemos que saber cómo gestionar la situación para tenerla controlada en todo momento», detalla este miembro de Cruz Roja de 29 años.

Momentos de ocio. Se trata de una dedicación que requiere evidentemente, de formación, pero también de una manifiesta voluntad de servir a los demás. Todo ello mientras el resto de la gente disfruta de las fiestas. «También tenemos momentos para disfrutar. Lo que hacemos es amortizar al máximo los tiempos libres», señala. Otro detalle que los convierte en protagonistas de la ciudad. «La gente -detalla Joaquín- nos pregunta de todo. A veces parecemos un punto de información, En el ferial nos han preguntado hasta por los baños. Algo así como si fuéramos policías».