Objetos Perdidos recibió 2.672 euros en 2021 que nadie reclamó

Feli Agustín
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Se encontraron 80 carteras o sobres con distintas cantidades, nueve con más de 100 euros. Carteras y gafas son los artículos más numerosos;el covid aumentó el número de audífonos

Raquel Ibáñez y Carlos Álvarez, trabajadores del servicio, con carteras y gafas, los objetos mayoritariamente encontrados; el 87% de las carteras se devuelven y solo en el 11% de las gafas se encuentra al propietario. - Foto: Óscar Solorzano

Quien espere encontrar tesoros, cual cueva de Ali Babá, u objetos con historias que rastrear en la oficina de objetos perdidos de Logroño, se sentirá un poco decepcionado. En una esquina, en un cuarto de la sede de la Policía Local en Ruavieja donde se archivan miles y miles de multas, se encuentra el espacio reservado para guardar -impecablemente introducidos en sobres numerados los más pequeños- todos los artículos que los logroñeses hallaron el año pasado a la espera de que sus propietarios vayan a 'rescatarlos'. 

Entre ellos, objetos de lo más anodino, pero imprescindibles en nuestro quehacer diario, carteras, gafas, móviles... y, curiosamente, apenas paraguas. En total, los vecinos y visitantes de esta ciudad devolvieron el año pasado 2.130 objetos que no eran suyos, entre los que también figuraban diversas prendas de ropa, cascos, relojes, bolsos,  sillines de bici, una biblia o un hornillo. Lo más curioso hallado, hace ya unos años, recuerdan los trabajadores de la Unidad Técnica de Igualdad y Convivencia -así se denomina el servicio-, fue una caja con cenizas cuyo propietario no se pudo localizar. De este catálogo se excluyen las llaves, el objeto más usual, y que se depositan en la entrada de la Comisaría.

La mayoría de los 1.962 objetos que se recuperaron en 2021 -en 2022 están contabilizados, pero hay que mantenerlos durante un año más- fueron, sobre todo, documentos sueltos, como DNI o tarjetas de deporte, hasta un total de 898, por delate de las 538 carteras y los 141 teléfonos móviles.

Raquel Ibáñez y Carlos Álvarez, trabajadores del servicio, explican que «lo normal es que las carteras lleguen con dinero, la gente no se lo queda», de hecho, en  dicho ejercicio se encontraron 80 carteras o sobres con distintas cantidades, de los que nueve tenían más de 100 euros. De ellos, 53 se devolvieron a sus propietarios;y ocho, que sumaban 1.923 euros - uno con 715 euros y otros dos con 400 y 450, respectivamente- se entregaron a quien los encontró, como establece la ley. Otros 649 euros en metálico que tampoco fueron reclamados, repartidos en 19 objetos, pasaron a engrosar la Tesorería municipal.  «Encontrar una cartera con dinero no es algo extraordinario; es algo que pasa casi todas las semanas», insiste Álvarez, que advierte a los ciudadanos de la necesidad de activar en el móvil la funcionalidad de identificación para que luego pueda ser devuelto a su propietario.

Los audífonos. Los funcionarios de objetos perdidos informan de que el covid hizo aumentar el número de audífonos hallados, que fueron ocho en 2021, frente «a uno o dos de otros años», debido al uso de la mascarilla.  Todos pudieron ser retornados «gracias  al gabinete de logopedía y audiología Isabel Olleta», que pudo localizar al propietario por el número de serie del audífono.

Los artículos han de permanecer el año del hallazgo y el ejercicio posterior en custodia y, por eso, de acuerdo a los datos de  2021, de los 1.962 artículos encontrados, no se pudieron devolver 924. ¿Y qué se hizo con ellos?  

Cerca de un centenar de artículos sin valor económico, pero con valor de uso, se donaron a Chavicar, como cascos, bolsos, ropa o pequeñas joyas. Trece -incluidas sumas de dinero- se entregaron a quien los encontró-;cuatro se vendieron  y otros 643 se destruyen y tiraron, entre ellos, los móviles «que al contener datos personales, no se pueden conservar».

Explican que solo pudieron devolver el 11% de las gafas a sus dueños [hay que demostrar la propiedad];antes se cedían a Amigos del Sahara;ahora buscan  a quien entregarlas.

Una venta. La gestión de los objetos perdidos se incluye en el código civil de Sagasta, cuentan en la Unidad Técnica de Igualdad y Convivencia, en cuyo artículo 615 figura que el que encontrara una cosa mueble, «que no sea tesoro», deberá consignarla inmediatamente en poder del alcalde del pueblo donde se hubiese verificado el hallazgo. El código explica que si la cosa mueble no pudiera conservarse sin deterioro o sin hacer gastos que disminuyan notablemente su valor, se venderá en pública subasta. No en pública subasta, pero los objetos hallados con valor se venden y lo recaudado se ingresa en las arcas municipales. Así, cuatro joyas, tres anillos y una medalla, que no fueron reclamadas por nadie, se vendieron, por las que se percibieron 436 euros, que se depositaron en las arcas municipales. 

Se establece, además, que pasados dos años sin haberse presentado el dueño, «se adjudicará la cosa encontrada o su valor» al que la hubiese hallado, directriz que también se sigue cumpliendo hoy en día.